Giulio Andreotti fue siete veces primer ministro de Italia, y 19 veces ministro (ocho veces de defensa, cinco de exteriores, dos de finanzas y una de Interior, Presupuesto, Industria y Tesoro). Berlusconi, lo proppuso en 2004 a presidente del Senado. Se le relacionó con varios escándalos políticos y financieros como la logia P-2, o el caso Tangentópoli (relacionado con comisiones ilegales), que supuso el fin del dominio de los dos partidos más poderosos del país en aquellos momentos (1992): democristianos y socialistas y que lo retiró de su aspiración a presidir la República italiana.
Sus relaciones con los poderes fácticos más importantes de Italia, -la Iglesia y la mafia- acabaron sentandolo en el banquillo de los acusados. La justicia consiguió confirmar que matenía ciertas colaboraciones con la mafia siciliana, pero no le impuso ninguna responsabilidad penal, porque los cargos habían prescrito.
Su larga presencia en el primer plano de la política estuvo marcada por los años de terrorismo de izquierda y derecha, con casi 500 muertos. Entre las más misteriosas y oscuras la de Aldo Moro, presidente de la Democracia Cristiana o las muertes del juez antimafia Giovanni Falcone y su esposa.
Tan admirado como odiado, sus apodos no eran nada cariñosos. Se le conocía como Belcebú, El Divino o El Jorobadito. Fue una pieza clave de la Democracia Cristiana, el partido que dominó hasta los 90 la política del país transalpino y en el que militó desde los 20 años. Ingresó en la DC de la mano del fundador del partido y uno de los padres de la UE, Alcide de Gasperi. Acudía a misa diaria y dicen que podría mantener una conversación en latín con el Papa.
Brillante orador, entre sus frases más conocidas destacan «El poder desgasta a quien no lo tiene», y que «aparte de las guerras púnicas, que me pillaron demasiado joven, me han hecho culpable de todo». En una de sus últimas entrevistas publicadas en el diario La Repubblica en 2009, dijo «conozco algunos secretos de Estado, pero me los llevaré al Paraíso». Sus críticos aseguran que era capaz de pactar hasta con el diablo.