Abdelbasset El Meghrahi, único condenado por la explosión de un avión sobre la ciudad escocesa de Lockerbie, en el que fallecieron 270 personas, ha muerto enfermo de cáncer de próstata. Su enfermedad, en fase terminal, fue lo que le permitió que un tribunal lo excarcelara en agosto de 2009. Una decisión muy criticada por los familiares de las 259 víctimas que viajaban en el Boeing 747 de la compañía aérea estadounidense Pan Am en 1988. También murieron 11 vecinos de Lockerbie.
El Moghrahi siempre había negado su responsabilidad en el atentado en el que se implicó a los servicios secretos libios, y por añadido al expresidente Muammar el Gadafi. El hijo del exmandatario libio, Saif al Islam, lo recibió como un héroe en el avión que lo trasladó desde Escocia a Libia. La última vez que se le vió fue en silla de ruedas durante la visita al hospital ,de una delegación parlamentaria de la Unión Africana.
Abdelbasset El Moghrahi, entregado a la justicia británica por el gobierno de Trípoli junto a otro acusado en 1991 fue condenado a cadena perpétua en 2001, por un tribunal neutral en la ciudad holandesa de Camp Zeist. El jurado consideró que utilizaba su cargo de director del Centro de estudios estratégicos de Tripoli para advertir a los servicios secretos libios,(JSO) una acusación que él siempre negó. En 2003, el gobierno libio reconoció oficialmente su responsabilidad en el atentado e indemnizó a las víctimas con 2,7 millones de dólares. Los familiares de las víctimas estadounidenses se mostaron satisfechas con el veredicto, pero las británicas pedían que se buscara a los responsables entre los dirigentes libios.