Había nacido en Mérida (Badajoz) en 1937. Hijo de republicanos que combatieron en la guerra civil su padre en el frente y su madre en el hospital. A los dos años sus padres se trasladaron a Tomelloso (Ciudad Real), donde vivía su abuelo que era cabrero y donde permaneció hasta los veinte años cuando se trasladó a Madrid. Siempre se sintió muy unido a Tomelloso donde trabajó de jornalero en el campo y de pastor.
«Pero caeré diciendo
que la vida era buena
la quiero para siempre
con muchísimo amor»
de La Noria
Antes que escritor fue músico, guitarrista de flamenco, cambió de forma de expresión pero nunca abandonó la guitarra ni su amor por el flamenco. En 1963 gana el premio Adonais de poesía por su libro 'Por las piedras', dos años antes había comenzado a trabajar como redactor en la revista Cuadernos Hispanoamericanos, de la que años después sería director. Dirigió también la revista de arte Galería y la colección El Puente literario de la editorial Edhasa.
Antonio Machado, Luis Rosales y César Vallejo fueron sus poetas de referencia. En 1967 recibió el Premio Casa de las Américas en la Habana por su libro 'Blanco Spirituals'. En 1978 recibe el Premio Nacional de Poesía por Las rubáiyatas de Horacio Martín y deja de escribir poesía durante 33 años hasta que en 2010 regresa con el libro La cabellera de la Shoá, un único poema donde refleja el horror tras una visita al Campo de Exterminio de Auschwitz.
La amistad fue muy importante para Félix Grande. La casa en la que vivía con su mujer Francisca Aguirre y su hija Guadalupe, siempre estaba abierta y la cena en la mesa para todos los que llegaban, músicos, escritores y aprendices de escritores.