Valdés, que sufría Alzeimer, ha sido uno de los grandes músicos de Cuba, y como otros muchos acabó exiliado en este caso en Europa. Durante muchos años vivió en Estocolmo, donde pisió asilo en 1960, y en los últimos años se había trasladado a Málaga. En los años 50 trabajó en Tropicana donde compartió escenarios con Ernesto Lecuona, Nat King Cole y ha colaborado con Benny Moré o Lucho Gatica, Paquito D'Rivera o López Cachao. En los 2000 compartió escenarios con Diego el Cigala con quien grabó Lágrimas negras, una mezcla entre los ritmos cubanos y el flamenco en el que intercambiba notas musicales entre su piano y la voz rasgada del cantaor español. Consiguieron tres discos de platino y un Grammy.
Con su hijo «Chucho Valdés», otro prestigioso músico, grabó Juntos para siempre en 2008. Ambos fueron nombrados doctores 'honoris causa' por la Berklee College of Music en 2011.