En una conferencia en la ciudad italiana de Rímini, el primer ministro Mario Monti, ha dicho este domingo que la economía está en mejor forma que hace un año y que los ciudadanos son más conscientes de los problemas que tienen por delante.»Hace un año, pensábamos menos que hoy en la crisis, pero creo que estábamos más sumidos en ella» y ha añadido que el final de la crisis se está «acercando de alguna forma»
Se ha referido a otra consecuencia psicológica de la crisis, las tensiones y malos entendidos que se crean entre los países del norte y del sur de la zona euro. «Sería una tragedia horrible que el euro, la joya de la corona del sueño europeo de la integración y de la unidad, se convirtiera en un factor de desintegración, de nacimiento de prejuicios, de la lucha del norte contra el sur», ha dicho. Este es un tema que preocupa a Monti y al que se ha referido en diferentes ocasiones.
En cuanto al estado de la economía, Monti ha destacado que el crecimiento de un país «no es el resultado de absorber dinero público para el sistema económico, como ha ocurrido tantas veces en el pasado, sino la eliminación de obstáculos estructurales».
En cuanto a las reformas que su Gobierno ha emprendido, entre las que están la del mercado laboral y las pensiones, la revisión del gasto y desregulación, ha dicho que no son suficientes para «impulsar el crecimiento y el empleo» y ha asegurado que «el crecimiento es el corazón del trabajo de nuestro gobierno».
El primer ministro italiano ha condenado con firmeza la evasión fiscal y hablando del paro entre los jóvenes, que entre los italianos de 15 a 24 años es del 34,3 %, ha dicho que hay «una generación perdida de jóvenes y menos jóvenes que han pagado las consecuencias» de políticas del pasado.