El primer ministro italiano, Mario Monti, ha dimitido oficialmente, después de que el parlamento aprobara los presupuestos para 2013 y tras reunirse con sus ministros. Ahora se abre el camino hacia las elecciones anticipadas, que se celebrarán en febrero. Trece meses ha estado Monti al frente del ejecutivo italiano donde llegó «impuesto» por los mercados y Europa. Durante este tiempo ha dirigido un gobierno tecnócrata con el que ha intentado reconducir las finanzas y la economía de su país.
Aunque poco a conseguido en un campo y en otro. Monti, ha dicho que durante estos meses «difíciles, pero fascinantes», ha hecho que Italia sea «más fiable, además de más competitiva y atractiva para los inversores extranjeros» y también ha permitido que la «situación de Europa y del euro haya mejorado notablemente».
El 8 de diciembre anunció su dimisión después de que Silvio Berlusconi, anunciara que volvía a la política y que su partido de su predecesor le impidiera tirar adelante varias leyes. La tarea del hasta ahora primer ministro tecnócrata se ha centrado en acometer reformas estructurales, con un plan de ajuste de más de 30.000 millones de euros al poco de llegar al Gobierno, para recuperar la confianza de los mercados en Italia, un trabajo que desde Bruselas piden que el país siga acometiendo durante la próxima legislatura. Esta tarde, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, ha aceptado su renuncia y mañana consultará a los presidentes de los grupos parlamentarios. Es probable que después firme la disolución del Parlamento, tras lo que se convocarán oficialmente las elecciones, cuya fecha previsible es el 24 de febrero de 2013.
La crisis política ha «enmascarado» la aprobación de unos presupuestos restrictivos de 2013. Con 309 votos a favor, 55 en contra y 5 abstenciones, la Cámara de los Diputados ha ratificado,tras inumerables enmiendas, la denominada Ley de Estabilidad, aprobada por el Consejo de Ministros en octubre. Las cuentas para 2013 han tenido el apoyo del partido de Berlusconi, (Pueblo de la Libertad) que ha dicho que votaba a favor «por sentido de responsabilidad» y se han opuesto la formación progresista «Italia de los Valores» y la «Liga Norte». Los presupuestos incluyen la tasa sobre las transacciones financieras acordada a nivel comunitario, que entrará en vigor a partir de marzo en Italia. Según esto ,las operaciones financieras y de acciones serán gravadas con un 0,1 % en los mercados regulados y un 0,2 % en los no regulados, mientras que las operaciones consideradas como «especulativas» llevarán un gravamen del 0,2 %.
El ejecutivo italiano intenta reducir unos 11.600 millones de euros durante tres años, ha incluido la subida de un punto en el IVA en su tipo general, del 21 al 22 %, a partir del próximo julio, y no ha rebajado el IRPF a las rentas más bajas.
Todavía queda por despejarse una de las mayores incógnitas de los últimos meses en la vida política italiana: si Monti, que en este tiempo ha contado con el apoyo incondicional de las autoridades comunitarias y la canciller alemana, Ángela Merkel, concurrirá o no a esas elecciones generales. El presidente de Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo le ha pedido que lidere la alternativa de centro, que él potencia.