El pasado miércoles, el periódico italiano contaba que Monti había enviado a sus ministros y al presidente de la república un informe sobre la futura actuación del gobierno tecnócrata, en el que se contemplaba una rebaja del IRPF. Ese día no hubo desmentido alguno. El jueves, el primer ministro negó la información y aseguró que no se había pronunciado antes «para no amargar el día de fiesta a los italianos».
En su desmentido, Monti afirma que «Un fisco menos gravoso es una exigencia sacrosanta para los contribuyentes honestos. Hacerlo concretamente posible, sin hacer promesas irrealizables, es un objetivo entre los más importantes para el Gobierno», pero insiste en que sería prematuro rebajar la carga fiscal antes de que finalizar la política de saneamiento y reformas.