En una década, Montenegro ha pasado de ser una de las repúblicas de Yugoslavia, vivir una guerra, compartir federación con Serbia, ser un Estado independiente y ahora, además, uno de los candidatos oficiales a la entrada en la Unión Europea.
El Consejo Europeo de diciembre ha dado el visto bueno a la propuesta de la Comisión y concedido ese estatus al pequeño país balcánico, de 640.000 habitantes.
En el último informe sobre los países aspirantes al ingreso en la UE, el ejecutivo comunitario consideraba que Montenegro había hecho progresos suficientes en el cumplimiento de los criterios de Copenhague para alcanzar la condición de candidato. No obstante, exigía mejoras en lo que considera un deficiente funcionamiento democrático del país, por la corrupción y el funcionamiento de la administración de justicia, además de llamar la atención sobre la falta de respeto por las minorías.
El presidente de Montenegro, Filip Vujanovic, ha celebrado la decisión de los 27 y ha subrayado el consenso en el país sobre la futura entrada en el club europeo: «Estoy convencido de que el estatus de candidato, que supone también la ventaja de poder usar todos los fondos correspondientes, marca una fase de una dedicación aún más intensa de toda la sociedad en la vía hacia la UE».
Tanto el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, como el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, han señalado que el reconocimiento a Montenegro es una muestra más de la perspectiva europea de los países de los Balcanes occidentales. Montenegro es uno de los países más pobres de Europa. Desde 2007 se ha beneficiado de fondos de la UE por unos 30 millones de euros, en su condición de país aspirante.
Ahora, como candidato oficial, se suma a la lista que forman Croacia, Macedonia, Islandia y Turquía. Serbia, Albania, Bosnia y Kosovo son potenciales candidatos.