Según el presidente y director ejecutivo para Europa, José Manuel Madero, la decisión permitirá a la empresa concentrar sus esfuerzos en Estados Unidos y Sudamérica.
Monsanto estaba pendiente de la aprobación de cinco variedades de maíz genéticamente modificado, una cepa de soja y otra de remolacha azucarera. La UE tarda años en resolver estas peticiones y muchos países se niegan a que se cultive en sus tierras. Sin embargo, no retirará la solicitud para renovar la apobación del maíz Mon 810 resistente a los insectos, el único transgénico que se cultiva en Europa.
En realidad donde se cultiva es en España, en el resto de Europa hay una clara oposición a los transgénicos. Varios países, entre ellos Francia, Alemania o Italia han prohibido estos cultivos empujados por la opinión pública y los agricultores que ven como sus cultivos se contaminan.
Monsanto y otras empresas como Syngenta, Bayer o Pioneer hacen experimentos al aire libre en la Unión Europea con nuevas variedades de transgénicos, el 67 % de ellos en España.
El año pasado la empresa de biotecnología BASF, trasladó sus operaciones y pruebas con transgénicos a Estados Unidos.
Las organizaciones ecologistas han celebrado la decisión de Monsanto. «Los transgénicos no tienen lugar en la agricultura europea. Necesitamos una agricultura social y sostenible, basada en la diversidad de recursos y la máxima calidad. Las variedades modificadas genéticamente no tienen ningún papel en este modelo, por eso pedimos a las demás empresas del sector transgénico que, al igual que Monsanto, asuman su derrota y desistan de introducir transgénicos en Europa» ha dicho Blanca Ruibal, responsable deAgricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra.