Aunque la tensión en Transnistria no ha alcanzado la que se vive en regiones ucranianas como Donestk, Moldavia se ha reunido con urgencia esta semana con mandatarios europeos para evitar una nueva Crimea.
Tras el conflicto y la consecuente adhesión de la península ucraniana de Crimea a Rusia, la tensión entre ambos países crece día a día. Sobre todo desde que tropas pro-rusas ocuparan los edificios públicos y alentarán a seguir por el mismo camino que Crimea a las regiones de Járkov, Donestk y Lugansk.
El conflicto amenaza a otros países vecinos y pertenecientes al antiguo bloque soviético. Si hace poco más de un mes, la Unión Europea aceleraba sus relaciones con Georgia y Moldavia en materia de libre comercio y una posible adhesión al club europeo, ha sido esta última la que acaba de pedir protección a Europa, para que no ocurra lo mismo en su país como ha sucedido con Crimea.
Moldavia se reunió ayer con urgencia con la diplomacia europea para evitar que la tensión crezca en Transnistria, tras las últimas acciones de los separatistas rusos. Los ministros de Exteriores de Alemania y Francia han viajado a Chisinau para ofrecer su apoyo al gobierno moldavo y adelantar, cuanto antes, la firma del acuerdo de asociación entre Moldavia y el bloque de los 28 países miembros de la UE.
Laurent Fabius, ministro de Exteriores francés ha declarado que «no queremos construir nuevas fronteras a través del continente, sino lo contrario. Queremos que Moldavia se acerque a la Unión Europea, manteniendo al mismo tiempo una excelente relación con Rusia. Y aprovecho la ocasión para subrayar nuestro apoyo incondicional a la integridad territorial de Moldavia».
Transnistria es un territorio separatista de la República de Moldavia –un agujero negro donde prolifera la trata de blanca, drogas y armas- situado al este del río Dniéster, con una superficie de cerca de 4.100 km² (más pequeño que La Rioja) y habitado por unos 600.000 habitantes en tres tercios casi perfectos numéricamente: rumano-moldavos, ucranios y rusos.
Tras la revolución bolchevique formó parte de la República Socialista Ucraniana y, a partir de 1945, la URSS la unió a Besarabia para crear la República Socialista de Moldavia. Ahora un elevado número de sus ciudadanos quieren regresar a Rusia lo que ha hecho saltar todas las alarmas en el gobierno de Moldavia. Algunas informaciones señalan que las autoridades de la región separatista ya podrían haber pedido a Moscú que reconozca la independencia de Transnistria.