Stéphane Gatignon, es el alcalde ecologista de Sevran y lleva desde el fin de semana «plantado» ante la Asamblea para llamar la atención sobre el impacto de la crisis en las zonas desfavorecidas como ocurre con su municipio, que se enfrenta a dificultades sociales como la pobreza, el tráfico de drogas y una tasa de desempleo del 20 por ciento de la población en edad laboral.
De momento el gobierno le ha prometido una financiación especial de 4,7 millones de euros, pero el alcalde ha prolongado su actitud hasta el martes cuando la Asamblea debatirá las asignaciones presupuestarias para municipios, conocida como Dotación de Solidaridad Urbana. En una situación similar a la de Sevran se encuentan unos 100 distritos del país y unos 5.000 municipios pequeños y medianos con problemas de tesorería que si no reciben dinero en breve deberán reducir sus servicios. En Francia hay unos 36.700 municipios, 31.500 con menos de 2.000 habitantes y más de 10.000 no superan los 200 empadronados.
La clase política francesa se ha mostrado preocupada por la situación en la que se encuentran muchos ayuntamientos. También está dividida por la actuación de Gatignon. Muchos critican que un cargo electo protagonice una huelga de hambre y paralelamente ha recibido el apoyo del ministro de Interior y de varios miembros del partido Europa Ecología Los Verdes, en el que milita. El primer secretario del PS, Harlem Désir, ha pedido que se estudie la situación de los suburbios afectados por la crisis, sobre todo en la Ile-de-France. El presidente de la Asamblea Nacional, Claude Bertone, ha dicho que analizarán una enmienda para triplicar las aportaciones estatales a las comunas desfavorecidas.
El alcalde de Sevran considera su actitud un «grito de alarma» nacional, y asegura que «nuestra situación no es particular hay otros muchos casos y si no reciben ayuda inmediata los servicios se van a degradar rápidamente».