La prensa italiana calcula que unos 120.000 vehículos se habrán quedado sin circular por Milán durante las diez horas que dura la prohibición, de ocho de la mañana a seis de la tarde. La normativa municipal de la ciudad establece la suspensión del tráfico cuando la contaminación excede los 50 microgramos de partículas por metro cúbico de aire durante más de doce días, lo que ya ocurrió el pasado febrero y ha vuelto a suceder ahora.
«Es una oportunidad para aprender a reducir el uso de los coches y a disfrutar de la ciudad», ha dicho la teniente de alcalde, Maria Grazia Guida, quien prevé más días sin tráfico, después de haber prohibido esta misma semana y para siempre la circulación de los vehículos más contaminantes.
Los ecologistas consideran que el gesto no es suficiente y que Milán debe impulsar más el uso del transporte público y tomar otras medidas. Por ejemplo, los Verdes proponen que cada coche que vaya ocupado por tres o cuatro personas debería tener derecho a aparcamiento gratuito.