México, hasta el 13 de octubre de 2013
«Los disparates», Museo San Carlos
La capital mexicana muestra 18 de los 22 grabados de la serie Disparates, la menos conocida del pintor. Por primera vez se expone en México, gracias a la cesión que ha hecho su propietario, un particular mexicano.
Más conocidos, los de la serie Tauromaquia. las obras estuvieron durante muchos años en un cajón, olvidados e inacabados. Cuando Goya los grabó eran tiempos del absolutismo de Fernando VII y este tipo de obras no eran apreciadas, aunque un lado tiene una expresión artística, sentimental, imaginativa y otra, una técnica maravillosa.
Con estos grabados realizados al aguatinta y aguafuerte, Goya contrastó al máximo los blancos, las zonas de luz y las masas de tinta.
«Los Disparates» son la última de las cuatro series de grabados realizadas por Goya que completan «Los desastres de la guerra», «Los caprichos» y «Tauromaquia». Por años estuvieron olvidados en un cajón de la Quinta del Sordo (la residencia del pintor, llamada así por su sordera) tras la partida de Goya a Burdeos, Francia, en 1824.
Los visitantes de esta exposición sobre el artista español también pueden aprovechar la visita para conocer la colección dedicada al arte europeo del siglo XIV al XX.
El Museo Nacional de San Carlos resguarda uno de los más importantes acervos de arte europeo en México. Integrado por pinturas, esculturas, estampas y dibujos, las piezas permiten un recorrido por la historia de las corrientes estilísticas desde el siglo XIV al XX. La riqueza histórica, temática y técnica de esta colección brinda un panorama donde destacan tablas del gótico catalán; ejemplos de la pintura alemana del siglo XVI, como Adán y Eva de Lucas Cranach, el viejo (1472 – 1553). El manierismo italiano es representado por un lienzo Jacopo Carucci, el Pontormo, (1494 – ca. 1555); del mismo modo podemos apreciar el retrato español a través del pincel de Alonso Sánchez Coello (1531/1532 – 1588).
No está de más mencionar las obras de Francisco de Zurbarán (1598 – 1664) cuyos óleos reflejan la dramática luz del barroco; además de piezas que atestiguan el arte del siglo XVII en Flandes y Holanda, así como obras destacadas de la producción académica y romántica del siglo XIX. La escultura de finales del siglo XIX es muy bien representada por el francés Auguste Rodin, el cual mediante su obra nos remite un arte sensible y expresionista, que estaba tomando forma en ese tiempo. Un punto más a destacar es la colección de arte español del siglo XIX y XX, en donde se puede apreciar una obra del pintor valenciano Joaquín Sorolla, quien junto con el los cuadros de Vázquez Úbeda y Pierre Ribera, concluyen el recorrido de arte europeo que presentan las salas del Museo Nacional de San Carlos.
Este enorme cúmulo artístico, único en su tipo, fue puesto al alcance del público desde la fundación del Museo en 1968. Exhibiendo un acervo heredado de las colecciones que guardó la Real Academia de las Tres Nobles Artes de San Carlos de la Nueva España y por piezas procedentes de conventos clausurados. A partir de la década de los 70s, el acervo se ha ido enriqueciendo por las donaciones y adquisiciones hechas por el Instituto Nacional de Bellas Artes y por el patronato del museo. Las últimas adquisiciones importantes fueron realizadas a principios del 2012, se trata de un óleo perteneciente al artista español Andrés de Concha (ca. 1550 – 1612) y una pintura de la autoría del mexicano Juan Patricio Morlete Ruiz, (1713-1772), la calidad de las obras y la importancia de los artista dentro del arte mexicano, hacen de la adquisición una de las más importantes del museo y del INBA.