Cuando la crisis europea asusta ya no solo a los socios de la UE, sino a Estados Unidos y a las potencias emergentes, por sus impredecibles consecuencias, el presidente francés y la canciller alemana no han encontrado nuevos argumentos para convencer a los inversores de que se camina hacia la estabilidad en Europa.
En un comunicado conjunto, tras la conversación con el primer ministro griego, Merkel y Sarkozy dicen estar convencidos de que el futuro de Grecia está en la zona euro y ellos están decididos a que así sea.
Para conseguirlo, lo de siempre: «poner en práctica los compromisos del programa es esencial para que la economía griega vuelva a una senda de crecimiento equilibrado y duradero». Como no podía ser de otra forma, Papandreu ha confirmado la determinación de su gobierno para adoptar las medidas comprometidas.
Por enésima vez, los líderes europeos confían en que los acuerdos adoptados en julio para abrir el segundo plan de rescate a Grecia y flexibilizar el fondo de rescate darán resultados. Merkel y Sarkozy dicen que es indispensable más que nunca aplicar las decisiones adoptadas, todavía pendientes de ratificación por los parlamentos de los socios de la eurozona.