La que pasaba por ser una semana decisiva para Grecia avanza sin decisiones. Alemania, con firmeza, y Francia, a regañadientes, siguen siendo inflexibles con el gobierno de Atenas. De la reunión de Merkel y Hollande en Berlín quedan unas breves declaraciones, en las que los dos apuestan por la permanencia de Grecia en la eurozona. Después la canciller ha reiterado que «todo el mundo tiene que cumplir sus compromisos» y el presidente, que «corresponde a los griegos hacer los esfuerzos para alcanzar ese objetivo».
Desde Berlín ya se habían esforzado en restar contenido a esta reunión bilateral, previa a la que Merkel y Hollande, por separado tendrán con el primer ministro griego, Andonis Samaras, quien desde las páginas del diario alemán Bild había pedido «un poco de aire».
La posición alemana la había marcado horas antes el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, al mostrarse en contra de dar más tiempo a Grecia para cumplir su objetivo de déficit. Con el argumento de que una prórroga puede significar más dinero, Schäuble ha sentenciado que «más tiempo no es una solución a los problemas». El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, tras entrevistarse con Samaras en Atenas, ya dejó la decisión en manos de la troika comunitaria (CE-BCE-FMI).
Avanzar en la reforma bancaria para ayudar a España
También ha habido una breve alusión a España, cuando Hollanda ha insistido en la necesidad de avanzar en las decisiones adoptadas por el último Consejo Europeo. «Tenemos que aplicar las decisiones de junio, especialmente en el plano bancario, para ayudar a países como España», ha dicho el presidente francés. «Estamos a favor de ir más rápido y más lejos en la supervisión bancaria, junto con el BCE, y vamos a trabajar en ello... «Tenemos una hoja de ruta que vamos a presentar al Consejo Europeo, que tiene que profundizarse, y tanto Francia como Alemania queremos dar sustancia a esa hoja de ruta tanto en el plano financiero como económico», ha añadido Hollande.
Aunque los dos mandatarios se esfuerzan en aparentar la buena marcha del eje francoalemán, algo no funciona. Ni en la forma ni en el fondo, Merkel y Hollanda demuestran complicidad alguna y, mucho menos, una idea común sobre el futuro de la eurozona.