Merkel nos despertó con su teoría de la solución a la crisis, en declaraciones a una emisora alemana: «Necesitamos más Europa, no sólo una unión monetaria, sino también una unión fiscal, una mayor coordinación presupuestaria (...) y lo que necesitamos por encima de todo es una unión política, lo que implica la cesión gradual de competencias a Europa». En su renovado espíritu europeísta añadió que «no podemos detenernos porque uno u otro no quieran avanzar aún».
Queriéndolo o no, la canciller preparaba así el recibimiento al premier británico, David Cameron, con quien se entrevistaba horas después en Berlín. El Reino Unido no forma parte de la moneda única ni participa en el Pacto fiscal de la UE, pero su jefe de gobierno escuchaba decir a Merkel: «Es importante subrayar de nuevo que hemos creado instrumentos de apoyo en la eurozona y que Alemania está dispuesta a usarlos cada vez que pueda ser necesario».
La canciller alemana afirmó ante su invitado que el pacto fiscal es»necesario , pero no suficiente» para la estabilidad de la eurozona. Hacen falta otras medidas como la recapitalización bancaria. Cameron dejó claro que su país no va a participar en la integración europea, pero señaló que el proceso es importante.
Tan importante como para no participar pero sí exigir una acción «rápida y sostenida» en la eurozona para hacer frente a la incertidumbre sobre la unión monetaria. De paso, anunció que el Reino Unido tampoco formará parte de una futura unión bancaria.