Tras un día de informaciones y desmentidos sobre lo que se maneja en los despachos de Berlín y Bruselas, Merkel y Barroso han comparecido brevemente ante la prensa, antes de su cena preparatoria del Consejo Europeo, para exponer sus criterios, formalmente similares en público, radicalmente distintos en privado.
Quiza sea lo mismo, pero mientras la canciller ha hablado de «mecanismos de supervisión bancaria», Barroso pedía una «unión bancaria en la UE». La cuestión es que el sistema financiero europeo, sobre todo, el español, necesitan liquidez urgente para sanearse. Este mismo lunes desde Bruselas se abría la puerta para que los bancos puedan recapitalizarse directamente desde el fondo de rescate europeo, sin pasar por los Estados, y Merkel está dispuesta a ceder si de da a las instituciones europeas «un mayor margen de actuación en la crisis», según ha confirmado esta noche.
El gobierno alemán estaría dispuesto a avanzar hacia la unión bancaria a cambio de que la banca europea esté controlada desde la UE. La estabilidad en la economía de la eurozona es el objetivo de Merkel y hoy ha aclarado que «el pacto fiscal es un paso, pero no el único, puesto que a medio y largo plazo habrá que dar otros». Puede que sean los eurobonos o la tasa de transacciones financieras, reclamados des de Bruselas, pero para Berlín es necesario que las finanzas europeas estén en orden.
Barroso ha repetido la cantinela de que austeridad y crecimiento son la misma moneda, pero ha añadido que de la cumbre europea de junio tiene que salir un mensaje para los ciudadanos y los inversores de que Europa «esta preparada para hacer lo que sea necesario para asegurar la estabilidad de nuestra moneda». A partir de ahí habrá que «hablar del devenir de la Unión, completarla con una unión política».
El presidente de la Comisión Europea afirma que la vía para conseguirlo consiste no solo en actuar deprisa, sino también en mirar más allá, al medio y largo plazo. Merkel concluyo que se necesita «más Europa, no menos Europa». La cuestión es si esos mensajes integradores serán suficientes para salvar a los países en dificultades financieras, para los que lo prioritario no son las grandes definiciones de futuro, sino las actuaciones inmediatas.
Una vez más hay que sobreentender lo que los líderes europeos nos cuentan. Lo cierto es que Barroso prepara con los presidentes del Consejo Europeo, el Eurogrupo y el Banco Central Europeo un plan para avanzar en la integración europea, que no es «un plan secreto» sobre la salvación del euro , aclaran desde Bruselas, sino un plan de trabajo y un calendario para avanzar definitivamente en la unión monetaria y en la unión política.