La canciller alemana, Angela Merkel, se ha reunido este lunes con las principales autoridades portuguesas y ha participado en un foro empresarial luso-germano. En la rueda de prensa que ha compartido con el primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, ha reconocido que el momento «es duro para algunas personas» y que el paro es elevado, especialmente entre los jóvenes.
Ha elogiado la «determinación de Portugal para superar las dificultades, y ha valorado los esfuerzos del país.
Ha defendido una deuda sostenible y una mayor competitividad como única manera de que Europa pueda superar la crisis. Así como la importancia de cumplir los programas de ajuste para que Europa recupere la confianza de los mercados y los inversores. Ha hecho hincapié en que de las reformas dependen las futuras generaciones.
La reunión entre la canciller y Passos Coelho, ha tenido lugar en un fuerte militar a veinte kilómetros de Lisboa fuertemente custodiado. Mientras, los ciudadanos en la calle se habían encargado de dejarle claro a la canciller su opinión sobre ella y los ajustes.
No se puede decir que Angela Merkel les caiga simpática a los portugueses que han tapado con crespones negros todas las estatuas de la ciudad, han puesto carteles en los que Passos Coelho, Merkel y el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi se entretienen en un casino con un mensaje que dice: «Nosotros pagamos, ellos juegan, la banca gana».
Además, por toda la ciudad se exhibe un vídeo en el que se explica la realidad portuguesa y se desmienten algunas ideas que los alemanes tienen sobre Portugal. El vídeo que dura 5 minutos y no ha podido exhibirse en Alemania lleva el título de «Yo soy berlinés», emulando la frase que el presidente Kennedy pronunciara en Berlín en 1963.
El vídeo repasa las tres décadas de democracia, en las que se redujeron la mortalidad infantil o el analfabetismo y «sin plan Marshall», dice el off en alusión a la ayuda americana que Alemania recibió. Explica que los portugueses trabajan 38,9 horas a la semana, frente a las 35,7 de los alemanes. Que se jubilan a los 67 años, cinco años más tarde que los alemanes, que tienen 22 días de vacaciones en lugar de los 24 de los trabajadores germanos. Que su sueldo es de unos 17.000 euros al año, la mitad aproximadamente que en Alemania y que pagan más impuestos.
También reconocen lo que han hecho mal, como comprar coches Volkswagen, Audi, BMW o Mercedes o los 2.000 millones de euros que gastaron en comprar a Alemania 2 submarinos militares o los estadios que hicieron para la Eurocopa 2004 en cuya construcción intervinieron muchas empresas alemanas.
Portugal está inmerso en la peor recesión desde los años 70.