El semanario Der Spiegel, que cada fin de semana se convierte en portavoz de los planes ocultos de Merkel, desvela que el asesor de política europea de la canciller, Nikolaus Mayer-Landrut, ha comunicado ya la demanda de Berlín en conversaciones reservadas celebradas en Bruselas. La revista subraya que Merkel presiona ya desde hace un tiempo a sus socios europeos para completar el pacto fiscal acordado por los países del Eurogrupo con una unión política.
La jefa del gobierno alemán quiere que en la cumbre de la UE que se celebrará en diciembre se establezca ya una fecha concreta para convocar un grupo de trabajo que redacte el nuevo tratado europeo. La nueva norma de la UE establecería que el Tribunal Europeo tenga atribuciones para supervisar los presupuestos nacionales de los Estados miembros y competencias para castigar a aquellos que no cumplan los criterios de déficit, cuestiones ya previstas en los últimos acuerdos de los 27 pero no aplicadas con rigor.
Der Spiegel cuenta también que la iniciativa alemana ya tiene el rechazo de varios socios, a los que el ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, habría contactado en un encuentro informal del llamado Grupo Futuro, en el que están una decena de ministros comunitarios.
Como ejemplos, la revista alemana cita a Irlanda, opuesta a convocar otro referéndum para el nuevo tratado o Polonia, que considera prácticamente imposible que los 27 alcancen un consenso sobre el asunto.