Se espera que Rajoy y Merkel se reúnan este domingo para hacerse la foto que corrobore su amistad, pero lo ocurrido en Santiago da muestras de que la sintonía entre Madrid y Berlín en cuestiones económicas deja mucho que desear.
La sucesión de declaraciones arrancó en el Foro Económico Mundial de Davos, donde Angela Merkel puso a España como ejemplo, mal ejemplo, de hasta donde pueden llegar las cotas de paro juvenil. Su propuesta fue que se establezcan medidas puente para los países sometidos a duras reformas estructurales y así se pueda reducir el desempleo.
El siguiente capítulo tiene lugar ya en Santiago de Chile. En su primera intervención en la cumbre empresarial entre la UE y América Latina, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, se atreve a decir en público lo que piensa en privado: «España no está en condiciones de hacer políticas expansivas porque tiene que seguir reduciendo el déficit, pero yo creo que los que pueden hacerlo, deberían hacerlo, porque Europa necesita crecer y la cifra del año pasado es un 0,2% negativo. Hay países que pueden hacer cosas, hay que exigir que las hagan».
La referencia a Alemania era evidente, así que la canciller no perdió la oportunidad de responder, también en público, al jefe del ejecutivo español. Merkel fue cortés en la primera parte: «en Alemania intentamos contribuir de la manera como lo dijo mi homólogo español, en el sentido de incrementar el consumo interno y bajar la carga impositiva a la población para que aumente su consumo y de esta manera elevar también las importaciones de Alemania».
Y desafiante en la segunda porque la canciller aseguró que «en Alemania creemos que ya hacemos nuestra aportación para tener una eurozona robusta». Y si se trata de dar consejos, Merkel añadió que «una política económica expansiva también quiere decir que los países europeos deben ofrecer productos competitivos al resto del mundo, como en su opinión pueden hacer España y Portugal en Latinoamérica».
La canciller está protagonizando las primeras horas de la cumbre CELAC-UE y ya ha apostado por la firma de un Tratado de Libre Comercio que responda a la necesidad de que haya mercados abiertos.