No es poca cosa, reformar un tratado le puede costar a la UE varios años. Angela Merkel se ha mostrado firme en su primera declaración ante el Bundestag desde que se inició la actual legislatura. Con muletas, por la caída que tuvo en la nieve durante las vacaciones navideñas, pero con la misma claridad que siempre ha señalado el camino que debe seguir la UE en su opinión.
«Podemos acostumbrarnos a vivir con la crisis, pero no podremos decir que la hemos superado hasta que no hayamos logrado organizar debidamente nuestras estructuras» ha dicho Merkel. Ha comenzado por analizar el contexto europeo, reconociendo que se han hecho muchos avances para situar a la UE en la senda de la estabilidad, pero añadiendo esa coletilla que nunca falta desde hace unos años: la necesidad de no bajar la guardia y de continuar con las reformas.
En esa necesidad de no dar un paso atrás ha insistido en la importancia de introducir un impuesto sobre las transacciones financieras. Ha recalcado que hasta que no se hayan articulado convenientemente ese y otros mecanismos para completar la unión bancaria, no se podrá considerar superada la «peor crisis financiera que haya conocido la UE».