El mensaje de Rajoy pretendía tranquilizar a los mercados y a la opinión pública alemana, mayoritariamente contraria a cualquier ayuda a los «despilfarradores» del sur. «No quepa duda de que seguiremos con los esfuerzos», ha dicho el presidente del gobierno, recalcando que Merkel no le ha pedido más reformas –«ni siquiera me lo ha planteado»- y que atenderá a las «recomendaciones que se hicieron en el Consejo Europeo... como el resto de los socios». La canciller ha ratificado que «no he venido a decir qué reformas hay que hacer en España», y que tiene «plena confianza» en Rajoy. El presidente del gobierno ha aprovechado la oportunidad que le brindaba Merkel para justificar su política de recortes, «dificultosas», pero es «lo que hay que hacer».
Los dos mandatarios comparecían ante la prensa, minutos después de que el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, anunciara que la entidad comprará deuda española si el gobierno pide un rescate, ya sea blando o duro, y con estricta condicionalidad, una medida esperada como agua de mayo por el gobierno de Madrid, a la que tanto el Bundesbank como el gobierno de Berlín se oponen.
Sin embargo, ni Rajoy ni Merkel han querido pronunciarse al respecto. El español ha dicho que las tensiones en los mercados «no se corresponden con los fundamentos económicos de España ni con los esfuerzos de consolidación» y que «no hay novedades» sobre el rescate que exige el BCE; y la alemana, que al margen de lo que haga el banco europeo, «los políticos debemos hacer nuestros deberes». Les salvaba la excusa de que no conocían en profundidad las decisiones de la entidad emisora europea.
Esquivando las diferencias, se trataba de mostrar los espacios comunes. «Hoy queremos disipar de forma categórica cualquier duda en los mercados sobre la continuidad del euro», ha señalado Rajoy, tras asegurar que España y Alemania harán todo lo necesario para resolver la crisis del euro. En ese sentido, ambos líderes coinciden en enmendar los fallos de la Unión Económica y Monetaria que ha desvelado la crisis y para eso están sus propuestas para avanzar en la unión bancaria, fiscal y política.
A Merkel le han preguntado en la rueda de prensa por la supuesta animadversión creciente de los españoles hacia Alemania por la imposición de políticas de austeridad y la canciller ha respondido que también para eso está en Madrid, «porque hay que hablar más los unos con los otros y no los unos sobre los otros».
Horas antes del encuentro en los jefes de los ejecutivos español y alemán, se ha celebrado en el Palacio de la Moncloa el encuentro empresarial hispano-alemán que tenía como objetivo mostrar la «competitividad y sostenibilidad» de España a los inversores alemanes. En la reunión, el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha señalado que las reformas que se hacen ahora en España, las hizo Alemania hace diez años, para mejorar el mercado laboral, la competitividad y los problemas financieros. De Guindos ha señalado que la agenda reformista del gobierno continuará, pero «se irá terminando y completando» en las próximas semanas.