A pocos metros del Reichtag (Parlamento alemán), donde en 1933 Hitler fue proclamado canciller del Reich, se recuerda desde hoy el genocidio perpetrado por la Alemania nazi contra los gitanos. Es un pequeño lago con una estela funeraria, un recuerdo para el medio millón de romaníes que murieron en los campos nazis.
También cerca del estanque se encuentran los monumentos a los homosexuales que sufrieron la persecución nazi y el monumento a los judíos. el memorial ha sido construido por el artista israelí Dani Karavan. Al acto han asistido la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Alemania, Joachim Gauck. Ante ellos, el presidente del Consejo Central de los Romaníes en ese país, Romaní Rose, ha alertado de que la discriminación no ha acabado.
La canciller ha dicho que «el genocidio nazi es una advertencia para el presente, los totalitarismos se deben combatir desde todos los estratos sociales, antes de que accedan al poder».
Durante la inauguración se ha criticado la propuesta del socialcristiano bávaro Hans-Peter Friedrich, de denegar las ayudas a los macedonios y serbios que piden asilo en Alemania, la mayoría de ellos de esa etnia. Los oradores han reconocido que los gitanos siguen siendo víctimas de la marginación y el racismo en Europa.