«La UE se mueve», ha dicho el presidente español Mariano Rajoy. Se mueve, efectivamente, pero no en el sentido que a él le habría gustado, es decir, quitando el peso del rescate a los bancos de la deuda española. Alemania había anunciado que no pasaría por ahí, pero había quien mantenía unas esperanzas que se han revelado ilusorias.
Tampoco habrá supervisor bancario pronto. Alemania lo está retrasando todo lo que puede. «No habrá recapitalizaciones directas retroactivas. «Si la recapitalización es posible, sólo lo será para el futuro, así que pienso que cuando esté en funcionamiento el supervisor no tendremos más problemas con los bancos españoles. Por lo menos eso espero», ha dicho Angela Merkel en la rueda de prensa tras el Consejo.
También ha dicho que se ha acordado que los bancos sean supervisados de manera diferenciada. Los grandes bancos, que difícilmente tendrán problemas estarán bajo vigilancia del Banco Central Europeo (BCE) y los pequeños bancos regionales a través de las autoridades nacionales. Angela Merkel no quiere que nadie mire ni de lejos a sus Cajas.
Markus Söder, ministro de Finanzas en el Estado de Baviera no podía ocultar su satisfacción cuando decía en la televisión alemana, nada más terminar el Consejo, que habían vencido por puntos.
El calendario para la unión bancaria queda como sigue: antes del 1 de enero de 2013 deberá estar listo el marco legal que permita la supervisión, que se «irá completando a lo largo de ese año». Fuentes francesas habían apuntado que se podría comenzar la recapitalización de los bancos con problemas en el primer trimestre de 2013, pero es muy poco probable que se den tanta prisa. Alemania asegura que ningún acuerdo estará operativo antes de 2014. Hasta que el supervisor único no esté en marcha los bancos no podrán ser recapitalizados directamente por el MEDE sin que esa deuda se considere deuda del Estado.
Por otra parte los líderes europeos se han comprometido a acelerar las medidas que incentiven el crecimiento y el empleo cuando algunos países están ya exhaustos por los ajustes y el estado del bienestar está desapareciendo a mayor velocidad de la que se podía imaginar.
En la declaración final del Consejo los jefes de Estado y de Gobierno de la UE señalan que «Es esencial realizar todos los esfuerzos rápidamente para adoptar las medidas acordadas en los últimos meses para relanzar el crecimiento, las inversiones y el empleo, restaurar la confianza y fomentar la competitividad».
En cuanto a la situación internacional los líderes de los veintisiete apoyan la decisión de los ministros de exterior de crear una misión militar para ayudar, reorganizar y entrenar a las fuerzas de seguridad de Mali. Expresan su preocupación por la «continua crisis política, de seguridad y humanitaria del país subsahariano y señalan el peligro que la situación representa para la región del Sahel, el oeste, el norte de África e incluso para Europa.
También han respaldado la política de sanciones contra el régimen de Siria y condenan los ataques sirios contra territorio turco.