En declaraciones a la prensa alemana, la canciller defiende la continuidad de la política económica y financiera de la UE que, a su juicio, está dando resultados y cree que el apoyo al crecimiento económico es ya «el segundo pilar de nuestra política».
El mensaje alemán, aun manteniendo sus principios de dureza, gira hacia posiciones más abiertas y el ministro de Finanzas, Wolfgan Schäuble, señala que «la consolidación fiscal es una condición necesaria, pero por sí misma no es suficiente».
El gobierno de Berlín modera el planteamiento ante el enorme eco que tiene en toda Europa la advertencia del candidato socialista a las presidenciales francesas del 6 de mayo, François Hollande, de que no firmará el Pacto fiscal en sus actuales términos y que es necesario introducir medidas que favorezcan el crecimiento económico. Este jueves, Hollande decía en la televisión francesa que «Merkel estará en contra de algunas cosas, pero habrá una negociación. Alemania no va a decidir por toda Europa».
Su posición de firmeza ante el dictado alemán gana adeptos en la UE cada día y los que ayer defendían la austeridad como principio básico para resolver la crisis, ahora apuestan por aflojar. En un acto empresarial celebrado en Bruselas, el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, anunció que estudia una cumbre de la UE para preparar un plan de crecimiento económico. En la misma reunión, el primer ministro italiano, Mario Monti, señaló que «ahora Europa necesita políticas para aumentar su potencial de crecimiento y evitar políticas que sólo dan la sensación de contribuir al crecimiento».
En España, el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, defendía la línea de ajuste presupuestario que ha puesto en marcha y se defendía de una supuesta subordinación a la política alemana: «No es la política de Angela Merkel, es la política de la Unión Europea, del euro, un proyecto en el que estamos todos».