«Tampoco esta vez Portugal derrota a Alemania». Así comienza la crónica futbolística de los 4 goles a 0 con los que la selección de Joachim Löw ha humillado a los pupilos de Paulo Bento. La contundente derrota, iniciada en clave política por el diario luso Público, deja escaso margen para las esperanzas mundialistas de Cristiano Ronaldo y compañía. Las ausencias para el próximo partido (frente a Estados Unidos, el domingo 22) de los madridistas Pepe (expulsado) y Coentrão (lesionado) aumentan si cabe el dolor de cabeza de Portugal.
La Copa del Mundo los ha recibido de rebote, a través del doble partido de la repesca frente a la Suecia de Ibrahimovic. Portugal alcanzaba Brasil agobiado por los recortes y la visita de la troika cada pocas semanas. La llegada de la primavera desahogó de tristeza al país y comenzó a vestir de fútbol las tardes de mayo: el lisboeta Benfica jugó la final de la Europa League (que perdió contra el Sevilla), y días más tarde la capital acogía la gran final 'madrileña' de la Champions League.
En mayo sólo se habló de fútbol. Y del adiós a la troika. Porque el día 17 se puso de manera oficial (que no oficiosa pues aún quedan muchos años de vigilancia) fin a tres años de intervención económica por parte del Fondo Monetario Internacional, de la Comisión Europea y del Banco Central Europeo. Aunque la bandera alemana no asoma en este tridente, siempre ha sido una carta importante en el presente y en el futuro de Portugal. Por lo visto en el Mundial, también en el fútbol.
La superioridad germánica se dejó notar a los once minutos de juego. El árbitro, erigido en una especie de supervisor neutral, pitó penalti a favor de Alemania. 1-0. Una primera parte desastrosa, en la que apenas se vio a Cristiano Ronaldo, acabó con un 3-0 en el marcador. A pesar de que en la segunda mitad los alemanes bajaron un poco el ritmo, el partido estaba decidido. Un nuevo gol dejó claro quién manda. Alemania 'destroza' o 'se come' a Portugal fueron algunos verbos que las crónicas deportivas conjugaron para titular. Llega el verano y el espejismo del fútbol desaparece de Portugal. Regresa la saudade.
En el palco, la canciller alemana, Angela Merkel, aplaudió y celebró el abultado resultado. Portugal ha vuelto a caer a manos de Alemania. No es nuevo. Han sido varios los medios lusos y expertos del país que indican que la salida 'limpia' de la troika no ha sido decisión portuguesa sino impuesta desde Berlín. Merkel quería que Portugal caminara solo (nada de salida tutelada, como se barajaba) y el Gobierno de Pedro Passos Coelho hizo suya la 'invitación'.
El fútbol como plataforma de negocio
El estreno mundialista de Alemania y Portugal ha dejado claro quién manda sobre el terreno de juego. Las apuestas hablan de una final del anfitrión, Brasil, contra la apisonadora germánica. Sus presidentas ya andan negociando. Y es que, Merkel está en el país sudamericano no sólo para ver partidos; aprovecha su estancia para mover los hilos de cara a lograr un tratado de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur. Según ha reconocido Merkel, las dos economías más grandes de Europa y América Latina tienen mucho que ganar, comercio e inversiones mediante.
Su homóloga brasileña, Dilma Rousseff, que tiene elecciones en octubre, concuerda: «Le reafirmé [A Merkel, en un encuentro en Brasilia] la determinación de Brasil y de Mercosur de avanzar en las negociaciones del Acuerdo de Asociación Comercial con la Unión Europea». Se trata de un diálogo que comenzó hace 15 años y que, coincidiendo con la cita futbolística, puede cerrarse en las próximas fechas.
Müller, con tres goles, y Hummels dieron la victoria a Alemania frente a un Portugal que sigue ahogado en su crisis económica. Pero cumplidos los 90 minutos el partido continúa, aunque por otras lides. Las estadísticas del banco de inversión norteamericano Goldman Sachs Brasil dan la victoria final del campeonato a la Canarinha, con el 48,5 por ciento de las probabilidades. Alemania ocupa la tercera posición en este pronóstico, en el que a Portugal ni se le menciona. ¿Tendrán razón los bancos? Que ruede el balón. Y los negocios.