Menos contaminación industrial

Por fin se ha aprobado la nueva normativa que pretende imponer unas reglas más claras y un aire más limpio en toda la UE.

Se reducirán las emisiones a la atmósfera de partículas, óxidos de nitrógeno y dióxido de azufre, con esta nueva legislación que actualiza e integra siete directivas comunitarias ya existentes y que se aplicará a más de 50.000 plantas de combustión en toda la UE.

Los beneficios para la salud serán evidentes, habrá 13.000 muertes prematuras menos, un ahorro para la economía ya que acorta los trámites administrativos e igualará las condiciones de funcionamiento del conjunto de la industria.

chimeneas humeantes
Foto:CC

El Consejo de ministros de Medio Ambiente ha aprobado la directiva que reducirá las emisiones de las grandes instalaciones industriales y agrícolas con un elevado potencial contaminante , desde refinerías a instalaciones porcinas.

Una parte fundamental de la nueva directiva se basa en la aplicación de las mejores técnicas disponibles (MTD) que mejoren la eficiencia de las industrias y reduzcan las emisiones al aire, al agua y al suelo. También se toma en consideración la contaminación sonora y la seguridad.

Con la aplicación de las MTD la UE pretende que la industria alcance el mayor nivel de rendimiento ambiental con el menor coste posible y que los Estados miembros promuevan la aplicación de las técnicas más innovadoras. Además se reducen trámites administrativos innecesarios que encarecían el proceso y restaban competitividad en el mercado.

Las grandes industrias que se alimentan con combustibles fósiles, sobre todo las centrales eléctricas, son una fuente muy importante de contaminación atmosférica. La Directiva impone límites más estrictos para lo que tendrán que instalar equipos de reducción de emisiones. Descontados los gastos de esos nuevos aparatos los beneficios que calcula la Comisión Europea pueden estar entre 7.000 y 28.000 millones de euros anuales y unas 13.000 muertes prematuras menos al año. También se han reforzado las directivas para hacer un seguimiento de las emisiones.

La Directiva entrará en vigor a finales de año, a partir de ahí los Estados miembros tendrán un plazo de dos años para incorporarla a su legislación y aplicarla.