Melancolía, que esta semana se ha estrenado en España, calificada de sublime por gran parte de la crítica, es una historia sobre el fin del mundo, con trazas de psicología y catastrofismo. Lars von Trier rectifica y aclara que «es una película no sobre el fin del mundo, sino sobre un estado de anímo». Dicen que se habría llevado la Palma de Oro en Cannes, si el director no hubiera pronunciado aquella frase, de la que luego se arrepintió, en la que simpatizaba con Hitler y que le costó ser declarado persona non grata en el festival. Su protagonista, Kirsten Dunst, sí se llevó el premio a la mejor actriz.
Este sábado, en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, se ha sabido que Melancolía opta a los premios europeos como mejor película, director, guión, actriz (Kirsten Dunst y Charlotte Gainsburg), montaje, dirección artística y fotografía.
Competirá a la mejor película con otros cinco filmes de éxito este año: The Artist, de Michel Hazanavizius; El discurso del rey, de Tom Hooper; El niño de la bicicleta, de los hermanos Dardenne; En un mundo mejor, de Susanne Bier; y Le Havre, de Aki Kaurismäki. Cada una de ellas opta a cuatro premios europeos.
Se ha echado en falta entre ellas a La piel que habito, de Pedro Almodóvar, que ha sido seleccionada por la dirección artística y la banda sonora de Alberto Iglesias. Estaban preseleccionadas además Pa Negre, También la lluvia y Balada triste de trompeta.
Lars von Trier revolució los cánones del cine actual con el movimiento Dogma 95, que plantea una realización cinematográfica que cuente la realidad sin efectos especiales, estudios, con sonido directo y sin musicalización. El director danés ya triunfó en los Premios del Cine Europeo con Bailar en la oscuridad.