Volver al crecimiento y a la creación de empleo es el lema que se susurran los comisarios por los pasillos. Que las elecciones de mayo les pille creciendo de una forma un poco evidente para evitar la debacle.
Europa ha tenido una dependencia enorme de los bancos, dos tercios de la financiación procede de ellos, y estos se han replegado sobre sí mismos con la crisis, lo que los economistas llaman apalancamiento y desapalancarlos va a costar un triunfo.
Mientras, y para desacostumbrar a unos y a otros los comisarios de Economía, Olli Rehn; Michel Barnier, de Mercado Interior; Antonio Tajani, de Industria y Laszlo Andor de Empleo se han «arremangado» y se han puesto a ello como les recomendó no hace mucho el presidente Barroso.
La CE explica que mientras los bancos inician el proceso de desapalancamiento, hay menos financiación disponible para todos los sectores de la economía. Menos de una tercera parte de las Pyme de Holanda y Grecia, y no llega a la mitad de las italianas y españolas pudieron obtener en 2013 el crédito que habían solicitado, mientras que el 87 % de las alemanas lo consiguió.
«Europa tiene grandes necesidades de financiación a largo plazo para mantener el crecimiento sostenible, esto es, el tipo de crecimiento que aumenta la competitividad y crea puestos de trabajo de un modo inteligente, sostenible e integrador», ha dicho Barnier y para ello la Comisión va a ampliar los mercados de bonos y acciones y a recurrir a los planes de pensiones que den el billón de euros que se necesita para construir las redes de telecomunicaciones, transporte y energía que impulsen el crecimiento y creen los puestos de trabajo tan necesarios.
Y si los bancos no dan créditos la Comisión está dispuesta a desbancarizar la economía.
Permitir a los fondos de pensiones de empleo que gestionan más de 2,5 billones de euros a largo plazo, y de los que dependen en gran medida 75 millones de europeos para su jubilación que inviertan más en activos de riesgo. Resucitar el mercado de las titulizaciones, creando una categoría de «alta calidad» que puedan obtener un tratamiento regulatorio favorable.
Animar el crowdfunding. En 2013 se han movido unos mil millones de euros a través de esa financiación participativa, lo que significa que se han realizado «varias decenas de miles de pequeños proyectos que -según Barnier- representan una cultura empresarial diferente», que la UE está dispuesta a respaldar.