«En sus programas de rescate, los gobiernos, han descuidado los derechos humanos», recoge el informe «Salvaguardando los derechos humanos en tiempo de crisis», que hace hincapié en que se trata de la peor crisis económica en Europa desde la II Guerra Mundial y que se ha visto agravada por su duración. La crisis se está cebando con los grupos sociales más débiles y vulnerables, especialmente los menores y los jóvenes. Para Muižnieks el futuro de los jóvenes está «lleno de cicatrices», que se ven perjudicados por las dificultades que tienen para acceder a un puesto de trabajo y los recortes en educación y políticas sociales.
«Cuando la UE, como actor central de la gobernanza económica, y la troika establecen condiciones en sus programas de rescate, no tienen suficientemente en cuenta el impacto sobre los derechos humanos de la ciudadanía. La austeridad y las condiciones de los rescates carecen de transparencia, no rinden cuentas a los ciudadanos y limitan la participación pública. Las condiciones onerosas de estos programas impiden que los gobiernos inviertan en protección social, en salud y en educación», señala el informe del Consejo de Europa.
Muižnieks hace un llamamiento a revitalizar el modelo social europeo que se basa en que los gobiernos «prioricen la reducción del desempleo juvenil y de larga duración, defiendan políticas de vivienda de protección social para las rentas más bajas y presten más atención a la defensa de la sanidad pública».
El informe del Consejo de Europa empieza criticando a los gobiernos en Europa «que han impuesto medidas de austeridad olvidando sus obligaciones con respecto a los derechos humanos, especialmente se han olvidado de los derechos sociales y económicos de los más vulnerables. Se han olvidado también de garantizar un acceso equitativo a la Justicia. Lamentablemente, los mercados y la troika han descuidado los derechos humanos en sus programas de rescate».
El estudio paneuropeo concluye que «lo que comenzó como una crisis en el sistema financiero mundial en 2008 se ha transformado en una nueva realidad política de austeridad, que pone en peligro más de seis décadas de la solidaridad social y la protección de los derechos humanos».