Medidas inadecuadas, parches, fuera de tiempo o rehenes de los intereses nacionales han sido algunas de las críticas que ha tenido que escuchar este martes el presidente permanente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, en su comparecencia en el Parlamento Europeo para dar cuenta del resultado de la última Cumbre Europea, que estuvo centrada en la economía.

Para Van Rompuy, la Cumbre del 24 y 25 de marzo dio luz verde definitiva a un «significativo» conjunto de medidas económicas que servirán para preservar la estabilidad financiera en la eurozona y reforzar la gobernanza económica. La mayoría de los grupos esasmedidas no son las adecuadas y llegan tarde.

El presidente del grupo socialista, Martin Schulz, no estuvo de acuerdo con el aire positivo del discurso de van Rompuy y le preguntó por qué no se habían propuesto esas medidas hace un año si eran tan importantes.

Para el líder del grupo liberal europeo, Guy Verhofstadt, las medidas no son más que parches que no resolverán nada«Ya se han invertido en la crisis 400.000 millones de euros -dijo- y sigue sin estar resuelta». Tanto él como Schulz creen que la gobernanza económica de la UE es rehén de los intereses nacionales.

Para Daniel Cohn-Bendit copresidente del grupo de Los Verdes, todo el dinero que se ha invertido no ha servido más que para crear desigualdades.

El optimismo corrió de parte del grupo del Partido Popular Europeo, al que pertenece Van Rompuy, para Joseph Dault las decisiones de la Cumbre ayudarán a tomar la «buena dirección» a los países además de extraer las lecciones pertinentes para el futuro.