Los europarlamentarios han celebrado sesión con el presidente de la CE, Barroso, y con la ministra irlandesa de economía Creighton, para discutir por última vez antes del consejo del que debe salir un presupuesto definitivo para los años 2014 a 2020. Los Estados miembros no deben utilizar la crisis económica como pretexto para condenar a la UE a vivir en la más absoluta austeridad hasta 2020, ha sido el argumento principal que han esgrimido los diputados.
Varios de ellos han criticado a los gobiernos de la UE que tratan de ahorrar en el presupuesto sin preocuparse de las consecuencias. «Todos los recortes se hacen en detrimento de la innovación, del desarrollo sostenible, de la investigación y del empleo de los jóvenes», ha dicho Rebeca Harms, de los Verdes que preguntaba si eso es responsable, si tiene justificación.
El presupuesto que ahora se decide, conocido como cuadro financiero plurianual (CFP), o de perspectivas financieras, define los límites de los gastos de la UE por año y por sección, para el conjunto del periodo presupuestario. Cuando cada año el Parlamento y los Estados miembros acuerden el presupuesto anual deben respetar los límites marcados en el CFP. Teniendo en cuenta que los límites son para siete años, varios diputados han advertido de que la crisis económica no debería impedir a la UE poder contar con presupuestos más ambiciosos, una vez que esta se haya superado.
«No deberíamos aceptar nunca un presupuesto austero que dure siete años. Si lo hiciéramos, sería como aceptar que la crisis va a continuar de forma indefinida. No somos tan pesimistas», ha dicho el presidente del PPE, Joseph Daul.
Algunos diputados han hablado de flexibilidad para poder transferir dinero de un año a otro o de una sección a otra, y de la posibilidad de hacer una revisión hacia la mitad del CFP. «Propongo una «cláusula de revisión» a los tres años, para poder avanzar durante los cuatro restantes», ha sido la opinión del jefe de filas de los liberales Guy Verhofstadt.
Otros diputados se han inquietado por el peligro de crear una gran diferencia entre las propuestas y los pagos, a lo que el Presidente Schultz ha dicho que él no firmará nunca un presupuesto que pueda llevar a un déficit. «No lo haría. Aunque me lo pidiera el Parlamento, es ilegal. Los tratados dicen que el presupuesto debe de ser equilibrado».
Los diputados han pedido a los Estados miembros a que pongan fin a las luchas entre sus ministros de economía intentando conseguir excepciones y descuentos lo más alto posible. Han apuntado a que si el presupuesto de la UE se financiara con «recursos propios» en lugar de con las aportaciones directas de los presupuestos nacionales, terminarían esas historias.
Por su parte el británico Martin Callanan del grupo ECR, ha dicho que deben dejar de pensar que un presupuesto mayor resolverá los problemas de la UE y en lugar de eso «hacer un presupuesto mejor». Ha puesto como ejemplo que se podría empezar por suprimir la regla que obliga al Parlamento a reunirse doce veces al año en Estrasburgo. «Ya sé -ha dicho- que mantener el edificio no es más que una gota de agua en el océano pero nos daría credibilidad abandonar esta costumbre tan cara».
Lo que acuerden los jefes de Estado y de Gobierno estos dos días en el Consejo no será el final. Después tendrán que negociarlo con el Parlamento. «La cumbre es el comienzo no el final del proceso» ha concluido Creighton.