Más de 250 autocares han llegado a Londres trasladando a centenares de personas desde diferentes ciudades inglesas hasta la capital. En su recorrido los centros de poder, las sedes del gobierno y el Parlamento para acabar en un acto reivindicativo en Hyde Park. Protestan por el recorte del gasto público que según los analistas no ha conseguido reducir el endeudamiento y ha paralizado el crecimiento.
La secretaria general de la confederación sindical TUC, Brendan Barber, se ha felicitado por el seguimiento de la movilización que «envía un mensaje fuerte contra la política de austeridad». El dirigente de Unison, el sindicato más importante del sector público, Dave Prentis ha dicho «estamos aquí para representar a los millones de personas que no tienen la posibilidad de denunciarlo».
El Reino Unido está en recesión desde finales de 2011. Sólo la celebración de los Juegos Olímpicos ha conseguido reducir la caída del paro, que se sitúa en el 7,9 por ciento. Desde que llegaron al poder los conservadores han presentado tres presupuestos consecutivos de austeridad, centrando la prioridad en el saneamiento de las finanzas públicas. A principios de octubre, David Cameron anunció recortes draconianos de más de 12 mil millones de euros en ayudas sociales.
El líder laborista, Ed Miliban ha participado en la concentración y ha sido abucheado cuando ha advertido que un gobierno de su partido no podría dejar de hacer recortes, si bien serían "más progresivos y justos". Luego ha explicado que lo primero que haría al llegar al gobierno sería introducir un impuesto sobre las primas de los banqueros, construir 100.000 viviendas sociales, detener la privatización del Servicio Nacional de Salud y promover políticas de empleo juvenil. El gobierno de Cameron, ha dicho Miliban, "ha recortado los impuestos a los ricos y se los ha aumentado a las familias normales".
Los organizadores calculan la asistencia de unas 10.000 personas. Esta es la mayor manifestación convocada este otoño por los sindicatos y otros grupos de activistas, que en los últimos meses han organizado múltiples actos de protesta.
En Italia la principal central sindical, la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), ha concentrado a decenas de miles de personas en defensa de los derechos de los trabajadores y para denunciar el fracaso de las políticas de austeridad del gobierno. Al final de la concentración la secretaria general de la CGIL, Susanna Camuso ha asegurado que "la luz al fondo del túnel existe siempre que se cuide y se defienda el trabajo cada día, ya que de otro modo el país no se salvará".