La enseñanza superior debe modernizarse y mejorar si quiere atraer a más estudiantes y evitar que abandonen la carrera. Los planes de estudio deberán satisfacer las necesidades de las personas a la vez que las del mercado de trabajo creando nuevas carreras. Además debe ofrecer más oportunidades a los estudiantes para que amplíen sus conocimientos y adquieran formación en el extranjero.
Las universidades deben formar a más investigadores, potenciar la relación entre la enseñanza, la investigación y las empresas de forma que se promueva la excelencia y la innovación.
Para muchos países de la UE la modernización de sus sistemas de enseñanza superior es prioritaria, pero, según el informe que EURIDICE ha hecho para la CE, no se explota suficientemente el potencial que las instituciones europeas de enseñanza superior tienen para contribuir a la prosperidad de la sociedad.
El curso académico 2010-2011, se aumentaron los presupuestos en Lituania, Liechtenstein, Austria, Finlandia, Francia y Malta, se rebajaron hasta un 3% en España, Italia, República Checa y Eslovaquia aunque los mayores recortes fueron en Grecia, Irlanda e Islandia un 10,8% menos.
La Comisión Europea ha establecido una estrategia de reforma en la que identifica ámbitos en los que los países deben hacer más esfuerzos para alcanzar objetivos comunes y define la forma en la que debe apoyar a los Estados miembros para que modernicen las políticas educativas.
Entre las iniciativas a escala de la UE figuran una clasificación multidimensional de las universidades que permitirá a los estudiantes recibir una mejor información de los cursos más adecuados para ellos, y el sistema de garantía de préstamos «Erasmus for Masters» para los estudiantes matriculados en el extranjero un ciclo completo de estudios.
En la UE hay unas 4.000 universidades y otras instituciones de enseñanza superior y más de 19 millones de estudiantes. En los últimos años han aumentado el número de instituciones y el de estudiantes pero no han seguido la misma evolución los planes de estudio ni la financiación algo que no sucede en los principales países competidores de Europa, especialmente en las economías emergentes que aumentan sus inversiones en enseñanza superior.