Al menos 14 personas han muerto en el naufragio de una embarcación a un centenar de millas de la isla de Lampedusa y a unas 50 de Libia. Unas 200 han sido rescatadas con vida. Desde que comenzara 2014 cerca de 22.000 inmigrantes y refugiados han llegado a las costas italianas. Según el centro para refugiados de los Jesuitas, el número de fallecidos podría llegar a 40.
La Guardia Costera italiana lanzó un llamamiento de ayuda este lunes a los buques que se pudieran encontrar en la zona del naufragio. La alarma la había dado la tripulación de un remolcador que trabajaba en una plataforma petrolera de la zona.
La marina libia no ha participado en el salvamento de los supervivientes, un portavoz dijo que no cuentan con medios para acudir lejos de la costa y precisó que no podía confirmar si la embarcación había zarpado de la costa libia. El país tiene más de 4.000 kilómetros de frontera terrestre con seis países diferentes y más de 1.700 kilómetros de frontera marítima.
El pasado domingo las autoridades libias informaron de la muerte de 36 inmigrantes y de la desaparición de otros 42 en un naufragio cerca de su costa. El ministro del interior libio, Saleh Mazek, ha amenazado con 'facilitar' el tránsito de indocumentados si la UE no les ayuda a frenar el flujo de personas que zarpan de sus costas.
La responsable de Exteriores de la UE, Catherine Ashton, ha pedido en un comunicado a Libia que «redoble los esfuerzos para impedir nuevas tragedias» y ha asegurado que la Unión Europea «seguirá apoyando» a las autoridades libias en su esfuerzo.
La Comisaria de Asuntos de Interior, Cecilia Malmström ha declarado que se siente «profundamente conmovida por la tragedia» y ha instado a los Estados miembros a emplear medidas «concretas y efectivas», y la solidaridad entre los Veintiocho para reducir la presión en el Mediterráneo. Asimismo, el portavoz de la Comisión Europea, Michele Cercone, ha asegurado que el Ejecutivo comunitario ha hecho «todo lo que está en sus manos para evitar tragedias como las de Lampedusa», pero que «desafortunadamente, y a pesar de los esfuerzos, no se ha podido evitar».
La alcaldesa de Lampedusa, junto con algunos políticos, ha presentado un proyecto de «admisión humanitaria» para que se repartan los refugiados entre todos los países de la UE. Italia, tendrá la presidencia de turno de la UE a partir de junio y pondrá este proyecto sobre la mesa del Consejo.
El conflicto en Siria y en otros países de la zona continúa aunque no ocupe las primeras planas de la prensa y muchos de los que se embarcan están siendo perseguidos en sus países e intentan llegar a Europa para pedir refugio. Los medios de la UE son insuficientes sobre todo porque los Estados miembros se lavan las manos.
Por su parte, el Consejo también ha anunciado hoy la adopción de un nuevo reglamento para vigilar las fronteras marítimas de los Estados miembros en el marco de la operaciones que realiza la agencia europea de vigilancia de fronteras (FRONTEX). El objetivo es, según Bruselas, es la prevención de tragedias como las de Lampedusa en las costas europeas.
Con el nuevo reglamento de FRONTEX, la Comisión pretende aumentar la cooperación con EUROSUR, un nuevo sistema de vigilancia fronteriza especialmente para el la zona del sur de Europa creado a raíz de la muerte de más de 300 personas que intentaban llegar a las costas de la isla italiana de Lampedusa. El principal objetivo de la agencia es la lucha contra la inmigración irregular y la delincuencia organizada que trafica con personas. No obstante, ha sido y fue en el momento de su creación, una herramienta my criticada por su bajo presupuesto, de 244 millones de euros, para el ejercicio 2014-2020.
Según el Alto Comisariado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) más de 32.000 personas cruzaron las fronteras del Mar Mediterráneo el pasado año. Desde principios de este año 22.000 inmigrantes y refugiados han desembarcado en la costa italiana, seis veces más que en el mismo periodo del año anterior. Según FRONTEX, desde que se tienen datos, 20.000 personas han perdido la vida en las costas del sur de Europa.
Marruecos refuerza la frontera con Melilla
La oenegé marroquí, Asociación Rif de Derechos Humanos de Nador, ciudad fonteriza con Melilla, ha denunciado que Marruecos ha comenzado la construcción de una valla en su territorio que correría paralela a las dos ya existentes levantadas por España.
El presidente de la ONG, Chakib Alkhyari, ha dicho que la valla estará rematada «por cuchillas», las concertinas que ya existen en la valla española, y ha denunciado que Rabat no ha informado a la opinión pública y ha añadido que «la Unión Europea no puede encargar a Marruecos que le haga el trabajo sucio para controlar la inmigración» irregular.
Alkhyari ha negado que en Marruecos haya 40.000 subsaharianos esperando entrar en Ceuta o Melilla saltando las vallas, y ha tachado estos datos del ministro de Interior español, Jorge Fernández Díaz de «comerciales».