El jefe militar de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) ha informado que la Misión Internacional de Apoyo a Malí (MISMA) alcanzará los 8.000 efectivos, entre militares y policías para controlar la vasta y porosa frontera maliense. Hasta ahora este organismo ha enviado unos 1.300 uniformados, frente a los 5.500 que estaban previstos en un principio.
Además de España otros países europeos se han comprometido a cooperar con Francia y Malí. Gran Bretaña enviará 200 soldados y unos 70 miembros de la Fuerza Aérea británica, la RAF, supervisarán el uso de los aviones de vigilancia Sentinel en la región y otros 20 que operarán el avión de transporte C-17, que tendrá una misión de tres meses. Londres también ha ofrecido a Francia un ferry para ayudar a transportar sus blindados por mar y que llegaría hasta la costa africana, así como la posibilidad de ofrecer repostaje en el aire para los aviones que participan en esta operación, pero mantendrían su base en el Reino Unido.
Paralelamente la capital etíope ha acogido una conferencia de donantes internacionales, que ha recaudado 338 millones de euros) la mayoría para financiar las operaciones de la MISMA. La UE ha comprometido 50 millones de euros, a los que hay que añadir las importantes aportaciones de Francia y Alemania.
En el frente de guerra, las tropas francesas y malienses han tomado en las últimas horas el aeropuerto de Kidal, una de las poblaciones más importantes del norte del país. Pero un contratiempo atmosférico les ha impedido avanzar. Una tormenta de arena los ha dejado atrapados en las instalaciones aeroportuarias, según ha informado el ministro de defensa Jean-Yves Le Drian. Francia quiere pasar lo antes posible el relevo a las fuerzas africanas para evitar que su presencia militar se alargue demasiado tiempo. Ayer el presidente François Hollande decía que las tropas africanas dben «hacer posible que los africanos puedan darle a Malí una estabilidad duradera».
Grupos de Derechos Humanos temen que la retirada francesa deje libre a los soldados malienses para seguir «tomándose la justicia por su mano». Las ONG y los propios habitantes de las zonas en conflicto han acusado en los últimos días al Ejército de Malí de ejecuciones extrajudiciales y otros abusos contra los Derechos Humanos en el contexto de la actual ofensiva contra las milicias islamistas del norte del país, y el propio ministro maliense de Justicia, Malick Coulibaly, ha admitido que «ningún Ejército del mundo es perfecto» y que es posible que los soldados hayan cometido crímenes de guerra.
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