La UE quiere minimizar el impacto de la nube volcánica sobre los aeropuertos europeos y ha presentado nuevas directrices para hacer frente a los trastornos que ha provocado a cientos de miles de pasajeros. La cuestión es que a partir de ahora las restricciones al tráfico aéreo se flexibilizan, «manteniendo los más altos estándares de seguridad».
El seguimiento de la nube de cenizas y la concentración de partículas indicarán el riesgo de volar en cuatro fases distintas. Una zona blanca, en la que las aerolíneas podrán operar con normalidad; una zona roja, en la que sea posible volar a pesar de la existencia de cenizas; una zona gris, en la que los vuelos se autorizan con condiciones; y una zona negra, en la que el tráfico aéreo quedará cerrado.
Para establecer las zonas trabajarán juntos la Comisión europea, Eurocontrol, la Agencia Europea de Seguridad Aérea, las aerolíneas, los reguladores y los fabricantes. Se crea además una célula de coordinación de crisis, para dar una respuesta rápida ante cualquier crisis que afecte a la seguridad de la aviación.
El comisario de Transportes, Siim Kallas, confía en que estas medidas sean u«n gran paso para la reducir el impacto de la nube volcánica». Kallas dice además que la crisis de tráfico aéreo subrayó «la necesidad de establecer acciones coordinadas» a nivel europeo. euroXpress