El autor del informe, Olivier de Schutter, relator especial de la ONU sobre Derecho a la Alimentación, expone que a pesar de que las mujeres representan más del 30% de los productores de alimentos en todo el mundo, todavía se enfrentan a obstáculos importantes como la analfabetización, las limitaciones en su derecho sobre tierras y herencias o las desigualdades en materias de financiación y acceso a la tecnología. «Si a las mujeres se les permite acceder a la educación, muchas de las piezas del rompecabezas para lograr la seguridad alimentaria encontrarían su lugar», ha asegurado De Shutter en la presentación del informe.
Según el relator de la ONU, una reducción del 43% en el hambre de los países en desarrollo se puede atribuir a los progresos en la educación femenina, frente a la mejora en el acceso a los alimentos que hace posible la reducción del hambre en un 26%. «La agricultura familiar se feminiza poco a poco a medida que los hombres se ven obligados a abandonar el campo en busca de trabajo. Cada vez son más las mujeres que llevan la carga de sacar adelante granjas y familias y, a pesar de ello, con demasiada frecuencia se ven privadas de las herramientas necesarias para prosperar y mejorar su situación – tanto dentro como fuera del campo», subrayó De Schutter.
Además de la educación, De Shutter exige a los gobiernos más esfuerzos para ayudar a las mujeres productoras de alimentos, con la prestación de servicios públicos adecuados como el cuidado infantil, el agua corriente y la electricidad, así como mejoras en el riego de huertos privados, acceso a recursos como fertilizantes, semillas, herramientas y tecnología y cambio de las leyes para que las mujeres puedan ser propietarias y heredar tierras. «La evidencia sugiere que los países donde las mujeres carecen de derechos de propiedad de la tierra o de acceso al crédito tienen de promedio entre un 60% y un 85% más de niños desnutridos», dice.
La Comisión Europea, con la igualdad de género
El informe se publica cinco días después de que la Comisión Europea presente el texto que sucederá a los «Objetivos de Desarrollo del Milenio», que expiran en 2015.
El informe de la Comisión «Vida decente para todos» asegura que para reducir la pobreza mundial en el marco post-2015 hay que «poner especial énfasis en avanzar hacia los derechos al desarrollo, la reducción de las desigualdades, la promoción y la protección de las mujeres y las niñas, la transparencia y la lucha contra la corrupción». En la hoja de ruta se pide a la UE que cumpla los objetivos de género incluidos en su plan de acción global 2010-2015, que ponen a Europa como eje y músculo esencial para el desarrollo de proyectos de recepción de ayudas y de mejora de las oportunidades de mujeres y niñas.
Tanto las recomendaciones de De Shutter como las de la CE coinciden con las del análisis del «Estado de la Agricultura y la Alimentación Mundial», que elabora cada año la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura). Este estudio considera la igualdad de género como elemento esencial para mejorar la producción de alimentos y la eficiencia del sistema productivo ante el crecimiento de la población del planeta que se calcula pasará de 7.000 millones a 9.000 millones, en los próximos 40 años.
El informe de la FAO concluye que «cerrar la brecha de género y lograr la igualdad de acceso de las mujeres a los recursos y bienes es indispensable para acelerar el desarrollo agrícola y rural y la mitigación de la pobreza».
Como reflexión final, el relator de las ONU, autor del informe sobre Género y Alimentación, ha advertido que hay que tener especial delicadeza a la hora de tratar las cuestiones de igualdad ya que «hay una línea muy fina entre tener en cuenta las limitaciones específicas que recaen sobre las mujeres y exacerbar inconscientemente los roles de género y los estereotipos. Cualquier estrategia debería juzgarse por su capacidad para cuestionar roles de género y para empoderar verdaderamente a las mujeres. La sensibilidad de género es importante, pero nunca debe sustituir al empoderamiento».- Bárbara Vidal