Un total 73.186 aplicaciones móviles educativas están disponibles en las apps store, lo que las sitúa como la segunda categoría con más apps activas y pone a disposición de los escolares múltiples opciones para facilitar el estudio y el aprendizaje, según datos recabados por AppCircus, la plataforma global de apoyo al desarrollo de aplicaciones móviles creada por la start-up española dotopen.
Según el responsable de Desarrollo de Negocio de AppCircus, Francis Casado, «los nuevos paradigmas de app se aplican tanto a móviles y tabletas como a los ordenadores, de forma que existen grandes oportunidades para mejorar los procesos de aprendizaje de los alumnos».
En su opinión, «la educación española vive la paradoja de que con los recortes los planes de poner un ordenador a disposición de cada alumno se han congelado», si bien el elevado índice de hogares que disponen de Internet (un 64 por ciento según los últimos datos de Fundación Orange) hace que haya «muchas opciones para que la tecnología móvil pueda complementar la oferta educativa y ayudar a los estudiantes».
Según sus cálculos, «si se compara la inversión en libros escolares, que puede oscilar entre 200 y 300 euros por curso, el gasto que supone la adquisición de una tablet se amortiza en dos o tres años».
De acuerdo con Ernesto Arroyo, responsable tecnológico de AppCircus, las aplicaciones móviles «han revolucionado la capacidad de aprender de forma cooperativa, ya que cualquier estudiante puede hacer preguntas y consultas a otros alumnos o directamente a expertos en todo momento y en todo el mundo».
Desde su óptica, las nuevas tecnologías «tienen un potencial enorme, dado que amplían las opciones educativas tanto en casa como en las aulas». Sin embargo, este nuevo escenario, indica, «requiere que los profesores sean creativos a la hora de emplear las nuevas plataformas en clase y acompañen a los alumnos en el proceso de aprendizaje».
Para el responsable tecnológico de AppCircus, es importante que los padres «en lugar de preocuparse por el tiempo de utilización del móvil traten de orientar a sus hijos hacia el uso de contenidos formativos», ya que «existen múltiples aplicaciones educativas, tanto en formato de juegos como herramientas pedagógicas, que pueden contribuir eficazmente a mejorar el rendimiento académico».
Las alternativas que ofrecen las aplicaciones móviles a los estudiantes van desde apps para gestionar el trabajo, como es el caso de Wunderlist, Homework, Dropbox, GDrive o Study Droid, hasta para tomar apuntes, como Evernote o SimpleNote.
Los estudiantes también pueden contar con apps para crear y editar contenidos, como Pages, Numbers, Keynote o Idea Sketch, para crear pequeños diagramas o flujos de ideas. Asimismo, para compartir información pueden emplear Tweetbot o Edmodo, una red social que facilita la comunicación entre profesores y alumnos
En el caso de las herramientas para conectarse y comunicarse, los alumnos pueden utilizar recursos como Skype, Whatsapp o Downcast, que permite la reproducción de podcasts. Por su parte, Kindle, iBooks y Flipboard ofrecen opciones para la lectura en soportes digitales, al tiempo que el aprendizaje de idiomas se ha trasladado a plataformas como Babbel, Voxy o la comunidad social Busuu