El drama de la inmigración este año se ha hecho más patente que nunca en el Mediterráneo, «el destino más peligroso del mundo para la migración irregular», según el informe. Aquí, el mar se ha tragado para siempre 3.072 vidas, concentrando aproximadamente tres cuartas partes de los sin papeles fallecidos en lo que va de año en todo el mundo. Son casi mil muertos más que los registrados en todo 2013, la mayoría procedentes de Oriente Medio, el Norte de África o el África Subsahariana.
El incidente más dramático del año se ha vivido precisamente frente a las costas de Malta. El pasado mes de septiembre unas 500 personas se ahogaron en el naufragio de la patera en la que viajaban. Al parecer fueron los integrantes de la mafia que les había proporcionado el viaje quienes hundieron la lancha deliberadamente. «Las limitadas oportunidades para un desplazamiento seguro y regular, les dejan en manos de contrabandistas, alimentando un comercio sin escrúpulos que amenaza la vida de gente desesperada», ha lamentado el director general de OIM, William Lacy Swing, en un comunicado.
Tendencia a la baja en el resto del Mundo
El incremento de las muertes en el Mediterráneo contrasta con la situación que describe el informe en otros puntos fronterizos del Mundo. Si bien es cierto que Estados Unidos ha registrado este año un alarmante incremento de menores que intentaban entrar en el país solos procedentes de México, el informe sin embargo, revela una disminución de las muertes en la frontera. Según los datos de la OIM en lo que va de año han fallecido 251 ilegales en la frontera sur del país, consolidando así la tendencia a la baja de los últimos años. Un patrón similar al que dibuja la OIM en Australia para este 2014.
Durante la presentación del Informe Frank Laczko, director de investigaciones de inmigración de la OIM ha lamentado la tendencia que tienen los gobiernos en invertir «grandes sumas de dinero» en la recopilación de datos y el control de fronteras, mientras apenas se publican cifras y estudios sobre el fallecimiento de inmigrantes. William Lacy Swing, por su parte, advertía de la necesidad de «cambiar de ciclo».
El estudio de la OIM se puso en marcha después de que en octubre de 2013, 400 inmigrantes perecieran en un naufragio frente a las costas de Lampedusa, en Italia. La organización calcula que desde el año 2.000 más de 40.000 inmigrantes de todo el Mundo han muerto en sus travesías por vía terrestre y marítima. De ellos más de la mitad, 22.000 fallecieron cuando buscaban una vida mejor en Europa; personas, que en la mayoría de los casos mueren y desaparecen para siempre, sin dejar rastro. Según alertan en el informe, sus familias, probablemente nunca sabrán cuál ha sido su destino.