El mercado ilegal de especies es el tercer crimen organizado a nivel global en volumen de negocio, después del de las drogas y las armas. El Parlamento Europeo ha emplazado a la UE a que lidere el apoyo internacional para que termine la caza furtiva de elefantes y rinocerontes cuyos colmillos compran los turistas en mercados de África y Asia. Las organizaciones WWF y TRAFFIC han identificado a los países más implicados en este comercio ilícito y piden que se inicien procedimientos contra ellos.
Tailandia, Nigeria y República del Congo son los países señalados como los peores infractores en el tráfico ilegal de marfil. Las organizaciones internacionales WWF y TRAFFIC piden a los 177 países que se van a reunir en Bangkok en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), que tome medidas estrictas contra los peores infractores del tráfico ilegal de marfil.
El tráfico de colmillos de estos animales salvajes causa la muerte de 30.000 elefantes africanos cada año. El director ejecutivo de TRAFFIC, Steven Broad, dice: «Ahora que la demanda de marfil está disparando los niveles de caza furtiva, los países miembros de CITES deben exigir el cumplimiento de la ley internacional».
Tailandia, donde se celebrará la reunión el próximo marzo, es uno de los mayores mercados de marfil no regulado del mundo. Los criminales aprovechan un vacío legal en las leyes que permite la venta de colmillos de los elefantes domésticos para blanquear grandes cantidades de marfil ilegal africano, gran parte del cual se vende a los turistas.
Carlos Drews, director del Programa Global de Especies de WWF pide a la primera ministra tailandesa, Shinawatra Yingluck, que «prohíba inmediatamente el comercio de marfil».
Por otra parte, la República Democrática del Congo y Nigeria han sido identificados como los mayores exportadores de marfil ilegal de elefantes africanos. Además el primero de los dos países tiene un fructífero comercio de marfil en las calles. Nigeria, tiene una población de elefantes muy pequeña, pero funciona como almacén y punto de salida de marfil hacia otros lugares, en especial hacia Asia.
Los rinocerontes africanos también están pasando por un mal momento, si es que algún momento ha sido bueno para ellos. El año pasado mataron en Sudáfrica a 668 rinocerontes para quitarles los cuernos que se envían sobre todo a Vietnam, donde se hace muy poco para detener a los traficantes, y a Mozambique.
Las organizaciones piden que se adopten medidas como el establecimiento de un mecanismo que haga un seguimiento de las existencias mundiales de marfil, el registro obligatorio de todos los decomisos de marfil a gran escala y la colaboración en la investigación de las fuerzas policiales de los diferentes países.
Por su parte el Parlamento Europeo pide a la UE que lidere la lucha contra este crimen y que reclame a CITES que termine con las votaciones secretas.