Los habitantes de Chelyabinsk, una ciudad industrial a unos 1.500 kilómetros de Moscú, escucharon una gran explosión, vieron una bola de fuego que cruzaba el cielo a unos 30 kilómetros por segundo dejando una estela de vapor y sintieron una gran sacudida. Las alarmas de los coches comenzaron a sonar, los cristales de las ventanas estallaron y los teléfonos móviles fallaban.
Según el gobernador regional el meteorito ha causado daños de más de 30 millones de dólares, unos 300 edificios han resultado dañados. Uno de los fragmentos cayó sobre la superficie helada del lago Cherbakul dejando un agujero de varios metros de ancho.
Probablemente los ciudadanos se pusieron en lo peor. En la región hay instalaciones de la industria militar y de defensa rusas y es el lugar en el que se desactivan los proyectiles de artillería.
Según Simon Goodwin, experto en astrofísica de la Universidad de Sheffield en Reino Unido, diariamente caen a la Tierra desde el espacio entre 1.000 y 10.000 toneladas de material, aunque la mayor parte se quema al cruzar la atmósfera. Hecho de la magnitud del meteorito que ha caído en Rusia son raros «desgraciadamente no hay nada que podamos hacer para evitar estos impactos».
El programa SSA de la Agencia Espacial Europea (ESA) busca objetos que pasen cerca de nuestro planeta y sean lo suficientemente grandes como para causar daños. Su objetivo es detectar objetos cercanos a nuestro planeta mayores de 40 metros por lo menos tres semanas antes del máximo acercamiento. Desarrolla un sistema automatizado de telescopios ópticos que puedan detectar asteroides y otros objetos en órbitas solares. «El evento de hoy es un fuerte recordatorio de por qué necesitamos un esfuerzo continuo para identificar los objetos cercanos a la Tierra», ha dicho Thomas Reiter, Director de Vuelos Tripulados de la ESA y Operaciones.