Los ministros de Sanidad de los Veintiocho reunidos hoy en Bruselas para abordar la crisis del Ébola han coincidido en que todos los países compartan más información. El Ejecutivo comunitario quiere mejorar la cooperación y el intercambio de datos, aunque niega que se haga un seguimiento exhaustivo de todas las personas provenientes de África occidental, como ha pedido la ministra española Ana Mato.
La Comisión Europea insiste en que lo más importante es la actuación en el terreno, donde se originó el virus. Así, se trata de trabajar con las organizaciones para poder ayudar a la población de los países de África occidental. Por ejemplo, con la creación de más espacios de aislamiento, como ha ocurrido en Senegal y Nigeria donde «hace ya más de 19 días que no reportan más casos», ha señalado el comisario de Sanidad, Tonio Borg.
Bruselas estima que se puedan hacer «filtrados de entrada o de salida» de los países afectados. Los expertos, sin embargo, creen que los más efectivos son los controles que se efectúan al dejar el país porque si una persona tiene ya síntomas, las autoridades pueden evitar que salga y, por lo tanto, disminuir las probabilidades de contagio. El Ejecutivo comunitario insiste que el riesgo de una epidemia en la UE es «extremadamente bajo».
Los Estados miembros han coincidido en reforzar la cooperación con la Organización Mundial de la Salud para controlar a pasajeros que salgan de países de África occidental que tienen numerosos casos del virus. Sin embargo, descartan controles a la entrada en los aeropuertos, como el control de la temperatura corporal, como empieza a estimar Francia. La decisión siempre es del Estado miembro, ya que la Comisión Europea carece de competencia en materia de Sanidad.
Países como Estados Unidos o Reino Unido sí que han empezado a aplicar controles en vuelos directos e indirectos a países de África occidental. Londres ha sido, por el momento, el único que también los establece dentro del espacio Schengen: a los pasajeros que utilizan el Eurostar, el tren que conecta París y Bruselas con la capital británica.
Por su parte, la ministra Ana Mato ha llegado hoy a Bruselas convencida de que el modelo de actuación de España se puede seguir en el resto de Europa. «Yo creo que serán exportables [las medidas adoptadas] también a todos los países de la UE. Me refiero al refuerzo que hemos hecho en los protocolos para mayor garantía de seguridad de los profesionales sanitarios y, por tanto, de toda la población», ha señalado ante la prensa.
Mato ha sido una de las ministras que, ya a su entrada a la reunión, pedía que se establecieran controles de datos de los pasajeros para hacer un seguimiento durante los 21 días posteriores a su llegada a suelo europeo. Idea que no ha sido secundada por los demás Estados. Asimismo, la ministra tampoco ha podido explicar aún cómo se produjo el contagio de Ébola a la enfermera internada en el Hospital Carlos III.
La investigación, ha asegurado, «sigue en pie», ya que dada su complejidad, aún no se ha podido llegar a un resultado de lo ocurrido. También ha insistido en su decisión de transmitir a sus homólogos europeos que la situación «está controlada» en España.