La Comisión Europea ha reanudado la ayuda al desarrollo de Malí desbloqueando los primeros 20 millones de euros de 250 millones previstos. La FAO también ha hecho un llamamiento «urgente» de ayudar a los agricultores desplazados a volver a sus tierras antes de la próxima cosecha. Paralelamente los gobiernos alemán, finlandés y español enviarán material militar o soldados para realizar la instrucción de los soldados africanos que deben enfrentarse a los yihadistas.
La campaña agrícola en el norte Malí se inicia en mayo y tanto el gobierno africano como la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, quieren que los agricultores que han huido de sus tierras, por el avance de los islamistas y el ataque militar francés, regresen a sus hogares. Es necesario ayudarles, ha dicho el director general de ese organismo, «porque Malí, simplemente no puede permitirse el lujo de perder la siguiente cosecha», ha recalcado José Graziano da Silva.
La mayoría no han podido reanudar sus tareas agrícolas por falta de herramientas, semillas y animales de carga. En el país hay unos dos millones de personas que sufren inseguridad alimentaria, la mitad en el norte, que en los últimos años han tenido que hacer frente a la sequía, los elevados precios del grano y la degradación medioambiental. Más de 400.000 han tenido que huir desde que estalló la revuelta tuareg el año pasado.
Según la FAO y el Programa Mundial de Alimentos se necesitan 10 millones de dólares de ayuda inmediata. La UE ha desbloqueado 20 millones de euros de ayuda de un total de 250 millones. El dinero se destinará principalmente a medidas para restaurar la seguridad y la protección de civiles, apoyando a las autoridades locales y a iniciativas para la reconciliación. La Alta Representante de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, ha destacado que este paquete de ayuda a la estabilización es «una contribución más» de la UE a la plena recuperación de las autoridades del Estado.
El lunes, el primer ministro de ese país, Diango Cissoko, visitará Bruselas para entrevitarse con los máximos representantes de la UE. Paralelamente a la acción humanitaria hay que reforzar el apoyo militar al gobierno maliense con el que los países europeos se han comprometido a cooperar para adiestrar a las tropas de ese país africano. La semana que viene el gobierno alemán pedirá el permiso al Bundestag y el Consejo de ministros alemán aprobará un paquete de apoyo a París que incluirá el envío de al menos una nave nodriza, además de desplazar personal sanitario y expertos para formar y apoyar logísticamente a las fuerzas de seguridad locales.
España, un país afectado por la proximidad del conflicto y los movimientos yihadistas en el Sahel, va a intensificar su actuación en esa zona, considerada de seguridad nacional. El ministro de Exteriores español, José Manuel García Margallo, realizará a finales de la semana que viene una visita a varios países, entre ellos Níger, Mauritania y Malí, para analizar la crisis en la región y la cooperación internacional.
Hace unos días el presidente francés, François Hollande, anunció que se habían alcanzado «los objetivos esenciales» de la misión militar y que se ponía en marcha el relevo de los soldados europeos por tropas africanas, aunque no se da por concluida la misión militar porque persiste la amenaza yihadista y todavía es necesario garantizar la seguridad del país africano.
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