Perder unas elecciones tiene un lado bueno y es que se puede hablar sin pelos en la lengua. Eso parece que le ha pasado a Mario Monti tras la debacle en las recientes elecciones. El economista respetado y protegido por Europa ha dicho ante el Foro Europeo de la Competencia que las prórrogas que la Comisión Europea concede a algunos Estados miembros para que cumplan con su objetivo de reducción del déficit público dañan la credibilidad de las políticas de ajuste europeas.
«La credibilidad de un país puede sufrir si otros países, a la vista de dificultades domésticas muy respetables, piden prórrogas y las consiguen». Monti no ha nombrado a ningún país, pero Grecia, Portugal y España han pedido esas prórrogas. Francia acaba de pedir una y España, incluso, podría obtener en mayo una segunda.
Monti también se ha referido a los líderes del centro y norte de Europa que opinan que una prima de riesgo alta sirve para que los países que la sufren se esfuercen por aplicar los ajustes. Ha dicho que si los ciudadanos no ven mejoras, como una bajada en la presión de los mercados, piensan que sus esfuerzos son inútiles y se vuelven en contra de ellos. «Si no hay una respuesta en términos de una rebaja de la prima de riesgo, entonces los políticos y la opinión pública nacional, incluso de buenas maneras, preguntarán si estas políticas son correctas», ha afirmado.
Ha hecho un llamamiento al europeísmo y ha advertido del peligro de entrar en el juego de culpar a la Unión Europea y «sorprenderse inocentemente» después de que la aceptación de la Unión desciende, «creo que es una cuestión de honestidad» ha dicho.
También se ha entrevistado con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso y con el presidente Van Rompuy con quienes ha convenido en que la crisis no ha terminado aún y por lo tanto no deben relajarse los esfuerzos. Barroso ha insistido en que a pesar de que Monti ha sido derrotado en las urnas, las reformas que ha puesto en marcha son «ambiciosas» y se deben aplicar plenamente.