«Chagall como gran exponente de la modernidad, con una obra marcada por sus vivencias personales». Así define Ortrud Westheider, directora de la sala Bucerius-Kunstforum de Hamburgo, el objetivo de la exposición «Chagall, líneas de la vida», inaugurada ayer.
Por primera vez en Alemania, la muestra cuenta con la obra de Chagall (1887-1985) expuesta en el Museo Israel de Jerusalén, además de cuadros de otros grandes museos europeos y colecciones personales. Son 150 pinturas, dibujos y grabados, con lo más significativo del pintor.
«Chagall, líneas de la vida» se ha proyectado como la biografía del artista a través de su obra, porque su experiencia personal está reflejada en cada lienzo. Su niñez en Vitebsk (Bielorrusia), su condición de ciudadano soviético, su origen judío, su visión del Holocausto y su relación con su esposa, Bella.
Las memorias del artista y los libros de su mujer han servido de trazo general para dar forma a la muestra y enseñar así la visión que Chagall tenía de sí mismo como artista. El surrealismo conectado con todas las vanguardias y tamizado por un mundo de fantasía que compone una obra única, con motivos personales y universales. euroXpress