Coincidiendo con el segundo aniversario de Fukushima
Desde el ministerio de Economía hasta el barrio de negocios de la Defensa en París, miles de personas han formado una cadena humana para pedir la paralización de las nucleares francesas. Coincidiendo con el segundo año de la catástrofe de Fukushima, los manifestantes han «rodeado» las sedes de 18 centros de poder en la capital francesa. Urgen a que se cierren las centrales que sobrepasan los 30 años de vida.
«Cercadas» metafóricamente hablando las sedes de BNP y la Société Générale, dos bancos que financian proyectos nucleares militares y civiles, EDF, Areva, la Asamblea Nacional, los ministerios, la Autoridad de Seguredad nuclear (ASN). En total 18 centros de poder en París. Con esta concentración los manifestantes quieren «enviar un mensaje de indignación a los que toman decisiones». Quieren que se les tenga en cuenta a la hora de decidir sobre el futuro de esta energía y piden la libertad de vivir sin la amenaza de accidentes como Fukushima y Chernobil.
La movilización, en la que han participado diputados ecologistas y de la izquierda, ha terminado con un minuto de silencio roto por el redoblar de tambores japoneses. Los participantes exigen que se paralicen los reactores con más de 30 años, unos 20 de los 58 que funcionan actualmente y se quejan de los pocos cambios realizados en la política nuclear en Francia pidiendo que se apueste por las renovables.
En Alemania también un grupo de manifestantes se han concentrado en la planta nuclear de Grohnde, donde han realizado un simulacro de prevención de la contaminación radiactiva regando automóviles, con víctimas potenciales.
Lejos de Europa, en Japón miles de personas han pedido al gobierno el abandono inmediato de la energía nuclear. Se han concentrado en un parque y luego se han manifestado por las calles de Tokio. El lunes se cumple el segundo aniversario del terremoto que provocó el tsunami y el posterior desastre nuclear de Fukushima. En la actualidad sólo están funcionando dos de los 50 reactores nucleares de Japón; al resto los someten a pruebas de seguridad. 310.000 evacuados siguen viviendo en casas temporales.