Los mamíferos especializados son el grupo que sufre más ante un cambio climático global. Un estudio, publicado en BMC Evolutionary Biology en el que colabora el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), revela que la respuestas de los mamíferos a los cambios climáticos bruscos difiere en función de sus características ecológicas y, en particular, de su grado de especialización a condiciones muy concretas.
Han llegado a esta conclusión después de analizar los cambios ecológicos en las poblaciones de roedores de la Península Ibérica durante los últimos cinco millones de años, mediante el estudio de fósiles de estas especies encontrados en 40 yacimientos ibéricos. Así, han podido saber que los múridos (ratas y ratones), el grupo de roedores más especializado del Plioceno (desde hace unos 5´3 millones de años, hasta hace unos 2´5 millones de años), fueron los más perjudicados en una fase brusca de enfriamiento global que ocurrió en la Tierra hace 2´7 millones de años.
Antes de las glaciaciones, el clima global era bastante cálido y húmedo y por Europa se extendían bosques subtropicales monzónicos y laurisilvas, a los que los múridos estaban perfectamente adaptados.
«En relativamente poco tiempo, los ecosistemas terrestres cambiaron radicalmente. La extensión continental del hemisferio norte cubierta por glaciares aumentó de forma significativa y los bosques templados fueron sustituidos por otro tipo de paisaje», explica Juan López Cantalapiedra, investigador del CSIC del Museo Nacional de Ciencias Naturales y coautor del estudio.
Con las glaciaciones, el dominio de los múridos se redujo poco a poco a los ambientes tropicales de África y el sur de Asia. Sin embargo, al mismo tiempo, un grupo poco especializado ecológicamente y poco abundante en los ecosistemas del Plioceno se vio beneficiado, fueron los arvicólidos, más conocidos como «topillos» que sí supieron adaptarse a los nuevos tiempos.
Para los investigadores del CSIC «la excesiva especialización de los múridos a un determinado tipo de ecosistema les impidió ocupar nuevos ambientes que aparecieron en la Península, entre ellos, los actuales bosques de encinas, coscojas y alcornoques». Por otro lado, los arvicólidos triunfaron como especie y se convirtieron en el grupo de roedores más exitoso de los ecosistemas septentrionales de Eurasia y Norteamérica. Hoy, pertenecen a ese grupo una decena de especies ibéricas y más de un centenar en todo el mundo.
Este estudio, el primero en explorar la especialización ecológica en el registro fósil, determina que la habilidad de las especies para entrar o permanecer en ambientes nuevos modula su respuesta frente a cambios ambientales y que la configuración de las faunas se transforma radicalmente tras una crisis ambiental a gran escala.
Para López Cantalapiedra y el equipo científico «el gran cambio climático que supuso el inicio de las glaciaciones debió de dar lugar a una fauna dominada por especies generalistas, a partir de las cuales tuvieron que generarse especialistas adaptados s las nuevas condiciones».
Esta confirmación, añaden los investigadores, resulta de gran interés en la actualidad, ya que es previsible que las especies especialistas, que generalmente tienen más problemas de conservación, serán las más afectadas por el cambio climático global actual.