El 10 de diciembre de 11:30h. a 14:15h. tendrá lugar en la sede de las Instituciones Europeas en España un debate sobre Europa -pasado, presente y futuro- entre dos grandes personalidades de la política europea, Enrique Barón Crespo, ex Presidente del Parlamento Europeo, y Marcelino Oreja Aguirre, ex Vicepresidente de la Comisión Europea con un grupo de jóvenes alumnos de varias universidades y centros escolares. Seguidamente se retransmitirá la ceremonia en directo desde Oslo por pantalla grande.
Premio Nobel a la Unión Europea
La Unión Europea recibió en octubre el premio Nobel de la Paz. El galardón reconoce las más de seis décadas de contribución de la UE al progreso de la paz y la reconciliación, la democracia y los derechos humanos.
«En un gran honor para la Unión Europea recibir el premio Nobel de la Paz 2012. El premio es el mayor reconocimiento posible a las motivaciones políticas profundas que sustentan nuestra Unión: el esfuerzo sin precedentes, por parte de un número cada vez mayor de Estados de Europa, para superar la guerra y las divisiones, y conformar entre todos un continente en paz y prosperidad. El galardón no se limita al proyecto y las instituciones que encarnan un interés común, sino que también honra a los 500 millones de ciudadanos que viven en la Unión», afirmaron el Presidente del Consejo Europeo y el Presidente de la Comisión Europea en una declaración conjunta.
En alusión al futuro, los dos presidentes manifestaron el compromiso de la Unión Europea de «seguir promoviendo la paz y la seguridad en los países de nuestro entorno y en todo el mundo».
El comité noruego del premio Nobel de la Paz destacó «la contribución de la UE durante más de seis décadas al progreso de la paz y la reconciliación, la democracia y los derechos humanos en Europa».
Además, señaló que el papel estabilizador desempeñado por la UE «ha contribuido a transformar la mayor parte de Europa de un continente de guerra en un continente de paz. El trabajo de la UE representa la «fraternidad entre naciones» y se asemeja a los «congresos de la paz» a los que se refería Alfred Nobel en su testamento de 1895 como criterios para el premio de la Paz».