A las once de la mañana, las campanas de las iglesias de todo el país han sonado en recuerdo a los fallecidos en este accidente que ha conmocionado a la sociedad belga. Especialmente se han vivido escenas de emoción en Lommel, la ciudad de donde eran la mayoría de las víctimas y donde se encuentra la escuela 't Stekske, que organizó el viaje a los Alpes junto a la de Sint-Lambertus, en la ciudad de Heverlee. En Lommel anoche 2.500 personas participaron en una vigilia.
Los medios de comunicación belgas se han sumado a los actos de homenaje con programaciones especiales, conexiones en directo y muestras de luto, igual que todas las instituciones del país y las de la Unión Europea en Bruselas.
El gobierno belga ha fletado tres aviones Hercules para la repatriación de los restos de los fallecidos, que ya han comenzado a regresar a Bruselas desde el aeropuerto suizo de Sion, donde se han llevado a cabo los trabajos de identificación de las victimas, en algunos casos muy laboriosos por el fuerte impacto del vehículo. De los 24 niños heridos en el accidente, tres continúan en estado grave. Los que ya se encontraban en condiciones de viajar han regresado ya a su país.
Las causas del accidente siguen sin esclarecerse. Se ha sabido que el autocar viajaba a una velocidad entre 50 y 70 kilómetros por hora en el momento del siniestro en un túnel con un limite autorizado de 100 km/h. Algunos medios han especulado con supuestas versiones de los supervivientes sobre la posibilidad de que en el momento del impacto, el conductor estaba intentando poner un DVD. La empresa propietaria del vehículo lo ha desmentido.